5/12/2017, 17:52
Se trataba del mismo sujeto que antes, el hombre de las lentes. Recibió a Kuranosuke con actitud cordial y tras echarle un vistazo al pergamino, confirmó que todo estaba en orden. El muchacho sintió un tifón de placer en su interior, pero como era habitual en él, no exteriorizó una sola gota de ello.
—Gloria a Kusagakure —reiteró, llevando a cabo una reverencia dirigida al recepcionista.
Sin más, tomó el pequeño saco que contenía los frutos de su dura y honesta labor, lo metió en el interior de su túnica y se marchó a buen paso, dirección al hospital...
—Gloria a Kusagakure —reiteró, llevando a cabo una reverencia dirigida al recepcionista.
Sin más, tomó el pequeño saco que contenía los frutos de su dura y honesta labor, lo metió en el interior de su túnica y se marchó a buen paso, dirección al hospital...