6/12/2017, 17:18
—¿Estás loco? —preguntó estupefacta—. ¿Pretendes que te diga la ubicación exacta de la aldea? ¿A un shinobi de otro país?
¿En la cabeza de quién entraba la idea de vender la ubicación de una jodida aldea shinobi? A saber, puede que alguien lo haya hecho y más de uno se lo plantearía, pero la pecosa no sería una de esas, prefería mantener el secreto a vender a todos sus compatriotas por un supuesto lío familiar.
—Si tienes suerte algún día te toparás con alguno, suelen llevar un montón de katanas encima con vainas negras y rojas con adornados en dorado —indicó mientras desamarraba la espada que ella misma llevaba a la espalda—. Como esta —afirmó, mostrando la vaina al contrario.
Aquellos eran unos adornados bastante inútiles si vamos al caso, pero que servían para identificar a prácticamente todos los Sakamoto, al menos los de Uzushiogakure. Claro que solo servía para aquellos que iban armados, sean shinobis o simples guardias, los criados por lo general no portaban nada característico del clan salvo por una pulsera que cualquiera podría conseguir.
De cualquier manera, con semejantes preguntas Koko había perdido todo tipo de interés en aquel asunto, y es que había sido algo sumamente estúpido de parte del shinobi de Kusa.
—Da igual, seguiré con lo mío —soltó a secas volviendo a colgar la espada en su espalda—. Adiós.
¿Lo peor? No había conseguido la dichosa indicación. «Tendré que preguntar a alguien más. »se quejaba mientras se alejaba del Sakamoto.
¿En la cabeza de quién entraba la idea de vender la ubicación de una jodida aldea shinobi? A saber, puede que alguien lo haya hecho y más de uno se lo plantearía, pero la pecosa no sería una de esas, prefería mantener el secreto a vender a todos sus compatriotas por un supuesto lío familiar.
—Si tienes suerte algún día te toparás con alguno, suelen llevar un montón de katanas encima con vainas negras y rojas con adornados en dorado —indicó mientras desamarraba la espada que ella misma llevaba a la espalda—. Como esta —afirmó, mostrando la vaina al contrario.
Aquellos eran unos adornados bastante inútiles si vamos al caso, pero que servían para identificar a prácticamente todos los Sakamoto, al menos los de Uzushiogakure. Claro que solo servía para aquellos que iban armados, sean shinobis o simples guardias, los criados por lo general no portaban nada característico del clan salvo por una pulsera que cualquiera podría conseguir.
De cualquier manera, con semejantes preguntas Koko había perdido todo tipo de interés en aquel asunto, y es que había sido algo sumamente estúpido de parte del shinobi de Kusa.
—Da igual, seguiré con lo mío —soltó a secas volviendo a colgar la espada en su espalda—. Adiós.
¿Lo peor? No había conseguido la dichosa indicación. «Tendré que preguntar a alguien más. »se quejaba mientras se alejaba del Sakamoto.