7/12/2017, 00:51
Las arremetidas verbales de la kunoichi no hicieron titubear al tuerto. Este se limitó a mantenerse en silencio frente a todo el monólogo ajeno, tomando nota de los adornos que le enseñó Koko. Tomando especial nota de ellos. No los olvidaría mientras ese preocupante asunto con la otra rama de los Sakamoto se aclarara.
—No tengo interés alguno en tu aldea, solo en los Sakamoto —se reafirmó—. No importa, me aseguraré de cruzarme con uno de ellos antes o después...
Así pues, dejó marchar a la fémina sin dedicarle una sola palabra más. Instantes más tarde se percató de que el shinobi de Amegakure se había escabullido aprovechando el intercambio verbal de él mismo y la mujer. Chasqueó la lengua con descontento.
«Campan por nuestro territorio a sus anchas... esto debe acabar.». Kuranosuke se quedó donde estaba, primero observando el paso de Koko y más tarde los arrozales.
—No tengo interés alguno en tu aldea, solo en los Sakamoto —se reafirmó—. No importa, me aseguraré de cruzarme con uno de ellos antes o después...
Así pues, dejó marchar a la fémina sin dedicarle una sola palabra más. Instantes más tarde se percató de que el shinobi de Amegakure se había escabullido aprovechando el intercambio verbal de él mismo y la mujer. Chasqueó la lengua con descontento.
«Campan por nuestro territorio a sus anchas... esto debe acabar.». Kuranosuke se quedó donde estaba, primero observando el paso de Koko y más tarde los arrozales.