8/12/2017, 22:54
Kaido le vio irse, tras su burda respuesta con aires de "soy un tuerto místico y meditabundo que no responde nunca con claridad, sólo con medias verdades". Sonrió, divertido por sus propios pensamientos y continuó con lo que estaba haciendo. Desde luego, conversar plácidamente no iba a ser ni remotamente posible. No con Kuranosuke.
Kuranosuke, a pesar de la nieve, logró encontrar algunas ramas que por algún misterioso motivo, aún estaban secas. Bueno, tan secas como podría estar un pedazo de madera entre tanta nieve y humedad. Una tras una fue apilándolas por sobre sus brazos, y desde luego que consiguió al menos la cantidad suficiente como para hacer una pronta fogata.
Detrás suyo, y a su izquierda escuchó, sin embargo, un crack. Una rama al que no le había cogido vista entre la oscuridad, probablemente, se había roto. O la habían roto. Pero allí no había nadie.
. . .
Kuranosuke, a pesar de la nieve, logró encontrar algunas ramas que por algún misterioso motivo, aún estaban secas. Bueno, tan secas como podría estar un pedazo de madera entre tanta nieve y humedad. Una tras una fue apilándolas por sobre sus brazos, y desde luego que consiguió al menos la cantidad suficiente como para hacer una pronta fogata.
Detrás suyo, y a su izquierda escuchó, sin embargo, un crack. Una rama al que no le había cogido vista entre la oscuridad, probablemente, se había roto. O la habían roto. Pero allí no había nadie.