8/12/2017, 23:43
—Tranquilo, soy yo —espetó Kaido, iluminándose de a poco por una improvisada antorcha que yacía por sobre su mano. Kuranosuke vio que el escualo tenía su bolso de viaje de nuevo colgado en su espalda, y abrigado hasta que lo único que pintaba azul era su rostro—. vine a avisarte que me piro. Debo llegar a Tane-Shigai, sí o sí, no puedo esperar a que amanezca.
En el claro te dejé algo de comida, y agua, como muestra de mi benevolente gratitud. Anda, nos vemos luego; muchacho. Trata de no perder ese ojo. ¡Adiós!
Cortando por lo sano, y debido a sus urgencias, su despedida retumbó en el silencio ultratumbo de la noche y el escualo pronto se perdería en la espesa bruma, retomando el camino principal.
En el claro te dejé algo de comida, y agua, como muestra de mi benevolente gratitud. Anda, nos vemos luego; muchacho. Trata de no perder ese ojo. ¡Adiós!
Cortando por lo sano, y debido a sus urgencias, su despedida retumbó en el silencio ultratumbo de la noche y el escualo pronto se perdería en la espesa bruma, retomando el camino principal.