10/12/2017, 22:06
El peliblanco disfrutaba maravillado de las vistas que le ofrecían el lugar en el que se había parado, pasando sus ojos de un lugar a otro pero, sin duda alguna, quedando completamente absorto con la belleza del edificio del señor feudal, y se quedó allí por un buen tiempo.
En un momento puntual pudo escuchar unos pasos que se acercaban a él con algo de prisa, y sus músculos se tensaron, listos para llevar a cabo cualquier movimiento que fuera necesario si aquella persona que se acercaba tenía intenciones no del todo buenas.
El muchacho clavó sus ojos violáceos en la chica que se acercaba a él, y rápidamente se fijó en su pelo, algo extraño pues era de dos colores diferentes, una mitad negra y la otra verde.
«Vaya, ¡qué peculiar!»
Rápidamente la chica paró su carrera, mirándole con cara de confundida, y Riko entonces se relajó.
- Emmm…perdón, me confundí. Es bonito el edificio eh
El peliblanco asintió, no podía hacer otra cosa que no fuera darle la razón.
— No te preocupes, le puede pasar a cualquiera. — Empezó el genin, haciendo a la vez un gesto con la mano quitándole importancia al asunto. — Pues sí, la verdad que no recuerdo muchas cosas que se puedan llegar a parecer a esto.
Riko se incorporó, tomando una postura más formal y extendió su mano derecha hacia la joven.
— Senju Riko, un placer. — Se presentaría sonriendo.
En un momento puntual pudo escuchar unos pasos que se acercaban a él con algo de prisa, y sus músculos se tensaron, listos para llevar a cabo cualquier movimiento que fuera necesario si aquella persona que se acercaba tenía intenciones no del todo buenas.
El muchacho clavó sus ojos violáceos en la chica que se acercaba a él, y rápidamente se fijó en su pelo, algo extraño pues era de dos colores diferentes, una mitad negra y la otra verde.
«Vaya, ¡qué peculiar!»
Rápidamente la chica paró su carrera, mirándole con cara de confundida, y Riko entonces se relajó.
- Emmm…perdón, me confundí. Es bonito el edificio eh
El peliblanco asintió, no podía hacer otra cosa que no fuera darle la razón.
— No te preocupes, le puede pasar a cualquiera. — Empezó el genin, haciendo a la vez un gesto con la mano quitándole importancia al asunto. — Pues sí, la verdad que no recuerdo muchas cosas que se puedan llegar a parecer a esto.
Riko se incorporó, tomando una postura más formal y extendió su mano derecha hacia la joven.
— Senju Riko, un placer. — Se presentaría sonriendo.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»