16/12/2017, 22:59
La curiosidad era mutua. Quizás un hecho tan simple como es el compartir apellido les ayudaría a llevarse bien desde el primer momento. El tiempo diría.
—Los dioses tienen un curioso sentido del humor, Ralexion-san —le afirmó, a lo que el aludido agradeció que se le tratase con naturalidad—. No me tiro a la piscina si asumo, entonces, que eres shinobi de Kusagakure no Sato... ¿Cierto?
—Efectivamente, a su servicio —expresó, jocoso.
—Y bueno, aseguras que conoces el trayecto. ¿Cómo es el bosque por allí? ¿Podemos esperar encontrarnos con alguna bestia salvaje? —le interrogó—. Ya habrás leído en el anuncio que cualquier coste ha de correr de tu bolsillo, y tampoco me haré responsable de lo que te ocurra. ¿Estamos claros?
—Es frondoso, bastante engorroso de navegar, pero me tienes a mí. Los animales no son un problema, pero tengo entendido que varios grupos de rufianes acostumbran a rondar por el área; buscan a turistas y cazadores de tesoros, imagino. Pero tampoco serán un problema —esbozó una sonrisa maléfica—. Estamos claros. Necesitaré de unas horas para reunir provisiones. También está el pequeño detalle de mi pago...
Cruzó los brazos, algo más serio. Comprobar las habilidades de Akame, además de la improvisada aventura, ya era suficiente pago para él, pero conseguir algo extra nunca estaba de más...
—Los dioses tienen un curioso sentido del humor, Ralexion-san —le afirmó, a lo que el aludido agradeció que se le tratase con naturalidad—. No me tiro a la piscina si asumo, entonces, que eres shinobi de Kusagakure no Sato... ¿Cierto?
—Efectivamente, a su servicio —expresó, jocoso.
—Y bueno, aseguras que conoces el trayecto. ¿Cómo es el bosque por allí? ¿Podemos esperar encontrarnos con alguna bestia salvaje? —le interrogó—. Ya habrás leído en el anuncio que cualquier coste ha de correr de tu bolsillo, y tampoco me haré responsable de lo que te ocurra. ¿Estamos claros?
—Es frondoso, bastante engorroso de navegar, pero me tienes a mí. Los animales no son un problema, pero tengo entendido que varios grupos de rufianes acostumbran a rondar por el área; buscan a turistas y cazadores de tesoros, imagino. Pero tampoco serán un problema —esbozó una sonrisa maléfica—. Estamos claros. Necesitaré de unas horas para reunir provisiones. También está el pequeño detalle de mi pago...
Cruzó los brazos, algo más serio. Comprobar las habilidades de Akame, además de la improvisada aventura, ya era suficiente pago para él, pero conseguir algo extra nunca estaba de más...