16/12/2017, 23:38
«Parece poco receloso y confiado en sí mismo... Bien». El que se tratase de un shinobi de una Aldea ajena a la propia siempre podría complicar las cosas, pero parecía que aquel muchacho no estaba dispuesto a dejar que esa simple diferencia terminara resultando un engorro. Akame agredeció aquella actitud; al fin y al cabo, ninguno de los dos estaba allí en calidad de ninja —ya fuese de Kusa o de Uzu—, sino más bien como investigador y guía. Pese a que él mismo no se había revelado como ninja, supuso que Ralexion ya habría sospechado, y el hecho de que estuviese buscando un guía para moverse por los bosques de Mori no Kuni evidenciaba que no pertenecía a Kusagakure no Sato.
Sea como fuere, Akame escuchó con atención lo que le decía su posible guía. Según él no había que esperar peligros por parte de la fauna salvaje, pero sí de algún grupo de asaltadores de caminos que solía jugarle malas pasadas a los turistas. «Por suerte, creo que ambos estamos lejos de encajar en esa definición», pensó el Uchiha.
—Habrá que andarse con ojo entonces —apuntó el uzujin.
Al final acabaron llegando al punto inevitable; la retribución. Akame no era precisamente rico —dudaba que ningún genin de ninguna Aldea lo fuese, no al menos por méritos propios—, pero sí tenía algunos ahorros que estaba dispuesto a ofrecer. Además, el simple hecho de que Ralexion perteneciese al linaje Uchiha podría habilitar otras alternativas para recompensar su labor.
—Cómo no, el pago. ¿Cuál es tu precio, Ralexion-san? —quiso saber, directo y firme, el del Remolino.
Sea como fuere, Akame escuchó con atención lo que le decía su posible guía. Según él no había que esperar peligros por parte de la fauna salvaje, pero sí de algún grupo de asaltadores de caminos que solía jugarle malas pasadas a los turistas. «Por suerte, creo que ambos estamos lejos de encajar en esa definición», pensó el Uchiha.
—Habrá que andarse con ojo entonces —apuntó el uzujin.
Al final acabaron llegando al punto inevitable; la retribución. Akame no era precisamente rico —dudaba que ningún genin de ninguna Aldea lo fuese, no al menos por méritos propios—, pero sí tenía algunos ahorros que estaba dispuesto a ofrecer. Además, el simple hecho de que Ralexion perteneciese al linaje Uchiha podría habilitar otras alternativas para recompensar su labor.
—Cómo no, el pago. ¿Cuál es tu precio, Ralexion-san? —quiso saber, directo y firme, el del Remolino.