18/12/2017, 20:25
Continuaron con la travesía hasta que Akame le sugirió que se detuvieran para reponer fuerzas y meterse algo en el estómago. Jadeante y algo sudoroso, Ralexion asintió. Se estaba tomando muy en serio los deseos del otro muchacho de llegar cuanto antes, pero no era ni mucho menos un shinobi veterano, algo que cuanto más pasaba el tiempo más patente se iba haciendo.
Aterrizaron sobre la tierra y gravilla del suelo del bosque. Mientras que Akame buscaba un lecho adecuado sobre el que sentarse, Ralexion se limitó a apoyar la espalda contra el tronco de un robusto árbol, no sin antes dejar reposar su mochila sobre el suelo. Del interior de la referida sacó una cantimplora fabricada con un trozo de bambú, así como una pequeña bolsa de cuero que escondía varios onigiri en su interior.
El moreno tomó asiento de la misma manera en la que estaba de pie, apoyado contra el grueso vegetal. Le pegó un buen bocado a una de las bolas de arroz y bebió del agua almacenada en el recipiente. Akame, curioso, inquirió sobre su pasado.
—Sí, muy recientemente. Pero no te preocupes, soy capaz de darle una buena tunda a un buscavidas si es necesario —aseguró, sonriente.
Omitió la mención al torneo, ya que no tenía ni idea de a lo que se refería su interlocutor. Él se había mantenido al margen de los acontecimientos mundiales hasta hacía un par de meses, al fin y al cabo, y no había escuchado nada de tal evento.
Aterrizaron sobre la tierra y gravilla del suelo del bosque. Mientras que Akame buscaba un lecho adecuado sobre el que sentarse, Ralexion se limitó a apoyar la espalda contra el tronco de un robusto árbol, no sin antes dejar reposar su mochila sobre el suelo. Del interior de la referida sacó una cantimplora fabricada con un trozo de bambú, así como una pequeña bolsa de cuero que escondía varios onigiri en su interior.
El moreno tomó asiento de la misma manera en la que estaba de pie, apoyado contra el grueso vegetal. Le pegó un buen bocado a una de las bolas de arroz y bebió del agua almacenada en el recipiente. Akame, curioso, inquirió sobre su pasado.
—Sí, muy recientemente. Pero no te preocupes, soy capaz de darle una buena tunda a un buscavidas si es necesario —aseguró, sonriente.
Omitió la mención al torneo, ya que no tenía ni idea de a lo que se refería su interlocutor. Él se había mantenido al margen de los acontecimientos mundiales hasta hacía un par de meses, al fin y al cabo, y no había escuchado nada de tal evento.