24/12/2017, 04:55
No le creyeron, claro que no, y todo porque un gordo imbécil creyó escuchar algo que contradecía a la versión de la rubia.
En consecuencia, se llevó una serie de bofetadas tan fuertes que pronto las ya de por sí redondas mejillas de la pecosa comenzarían a adquirir cierto tono rojizo y en poco tiempo probablemente se hincharían por los golpes recibidos.
Pero no, Koko prefirió insistir con aquella mentira.
—Que no lo tiene —insistía mientras comenzaban a brotar algunas lágrimas de sus ojos.
Le estaban pegando demasiado fuerte y eso que eran solo bofetadas…
En consecuencia, se llevó una serie de bofetadas tan fuertes que pronto las ya de por sí redondas mejillas de la pecosa comenzarían a adquirir cierto tono rojizo y en poco tiempo probablemente se hincharían por los golpes recibidos.
Pero no, Koko prefirió insistir con aquella mentira.
—Que no lo tiene —insistía mientras comenzaban a brotar algunas lágrimas de sus ojos.
Le estaban pegando demasiado fuerte y eso que eran solo bofetadas…