25/12/2017, 06:46
No acertó de lleno como se esperaba que lo lograría lamentablemente, aquel que la tenía apresada logró moverse lo suficiente para que no hiciese blanco en la cabeza, aunque al menos pudo dejarle los brazos parejos y de todas maneras los daños que le produjo a aquel hombre eran más que severos así no hayan hecho blanco como ella se lo esperaba.
Con aquello que supuso sería su último aliento buscó darle vía libre a su compañero, aunque este no opinó igual que ella…
La Kageyama no se enteró de absolutamente nada de lo que ocurrió justo después de lanzar aquella última lanza, ni siquiera sintió el dolor que debería cuando Kuma le rompió algunas costillas y —de no ser por el dolor que sentía al respirar— no se hubiese enterado jamás de dicho daño.
A medida que recobraba la consciencia se iba retorciendo sobre la tierra, incómoda, adolorida y más que cansada. Se había sudado lo equivalente a una semana de rutina gracias al intenso gasto de chakra y por ello tenía la boca reseca.
Fue un despertar de mierda, vamos a decirlo como corresponde.
Pero en cuanto la rubia se volteó adolorida y buscando reincorporarse fue que abrió los ojos y se encontró con algo que… no debería de ser así.
—¿Qué… hiciste? —preguntó con mucha dificultad.
No podía llenarse los pulmones de aire debido al punzante dolor que esto le provocaba, así que tenía que hablar despacio y de forma entrecortada.
—¿Qué pasó? —añadió al no ver absolutamente nada en los alrededores.
Con aquello que supuso sería su último aliento buscó darle vía libre a su compañero, aunque este no opinó igual que ella…
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La Kageyama no se enteró de absolutamente nada de lo que ocurrió justo después de lanzar aquella última lanza, ni siquiera sintió el dolor que debería cuando Kuma le rompió algunas costillas y —de no ser por el dolor que sentía al respirar— no se hubiese enterado jamás de dicho daño.
A medida que recobraba la consciencia se iba retorciendo sobre la tierra, incómoda, adolorida y más que cansada. Se había sudado lo equivalente a una semana de rutina gracias al intenso gasto de chakra y por ello tenía la boca reseca.
Fue un despertar de mierda, vamos a decirlo como corresponde.
Pero en cuanto la rubia se volteó adolorida y buscando reincorporarse fue que abrió los ojos y se encontró con algo que… no debería de ser así.
—¿Qué… hiciste? —preguntó con mucha dificultad.
No podía llenarse los pulmones de aire debido al punzante dolor que esto le provocaba, así que tenía que hablar despacio y de forma entrecortada.
—¿Qué pasó? —añadió al no ver absolutamente nada en los alrededores.