26/12/2017, 00:42
Algo estaba muy mal, desde el primer instante que lo estuvo pero Koko al estar aturdida y teniendo que soportar el intenso dolor de tan solo respirar no pudo reparar en algunos detalles clave. Además, había una pequeña esperanza en la rubia de que su compañero no fuese tan… maldito como siempre se pintó en la aldea.
Y al final, la verdad se dibujó ante ella. Había estado todo ese tiempo en una ilusión y había sido atrapada de alguna manera. Tenía las manos esposadas y no podía moverse, probablemente tampoco podría utilizar chakra ni nada similar así que solo le quedaba su fortaleza física. Pero de nuevo, el dolor en el torso era demasiado como para siquiera pensar en algo así y en cualquier caso, se las tendría que ver sí o sí con al menos dos personas y a saber cuántos más podrían estar dando vueltas por aquel lugar.
Lo bueno es que parecían desconocer el paradero de Datsue, aquel por quien prácticamente se había sacrificado ella así que pudo suspirar de alivio al escuchar todo aquello.
Claro que se había llevado el susto de su vida al notar que todo había sido una mentira, que fue atrapada y ahora estaba en las manos de desertores, pero al saber que no se había sacrificado en vano por lo menos le proporcionó un ligero alivio.
Además, no tenía fuerzas ya para intentar siquiera resistirse. No tenía los recursos, tampoco tenía nada a su alcance y mucha libertad de movimiento no tenía al estarse con la espalda casi pegada a la pared y los brazos tan separados entre sí.
No había manera de que ella lograse escaparse, y tampoco tenía mucho ánimo de entablar conversación considerando el dolor que le producía llenarse los pulmones de aire.
«Al menos habré hecho algo bueno »pensó agotada mientras lentamente cerraba sus ojos, indiferente de lo que aquella mujer pudiera estar pensando.
Y al final, la verdad se dibujó ante ella. Había estado todo ese tiempo en una ilusión y había sido atrapada de alguna manera. Tenía las manos esposadas y no podía moverse, probablemente tampoco podría utilizar chakra ni nada similar así que solo le quedaba su fortaleza física. Pero de nuevo, el dolor en el torso era demasiado como para siquiera pensar en algo así y en cualquier caso, se las tendría que ver sí o sí con al menos dos personas y a saber cuántos más podrían estar dando vueltas por aquel lugar.
Lo bueno es que parecían desconocer el paradero de Datsue, aquel por quien prácticamente se había sacrificado ella así que pudo suspirar de alivio al escuchar todo aquello.
Claro que se había llevado el susto de su vida al notar que todo había sido una mentira, que fue atrapada y ahora estaba en las manos de desertores, pero al saber que no se había sacrificado en vano por lo menos le proporcionó un ligero alivio.
Además, no tenía fuerzas ya para intentar siquiera resistirse. No tenía los recursos, tampoco tenía nada a su alcance y mucha libertad de movimiento no tenía al estarse con la espalda casi pegada a la pared y los brazos tan separados entre sí.
No había manera de que ella lograse escaparse, y tampoco tenía mucho ánimo de entablar conversación considerando el dolor que le producía llenarse los pulmones de aire.
«Al menos habré hecho algo bueno »pensó agotada mientras lentamente cerraba sus ojos, indiferente de lo que aquella mujer pudiera estar pensando.