26/12/2017, 20:32
Para nada comprensible, el chico estaba comenzando a asustar a Ritsuko con esa actitud impulsiva suya y se le notaba en la cara que no se sentía para nada cómoda. Pero como todos en el dichoso lugar estaban habituados a que cosas así ocurrieran ni se inmutaron, menos lo harían cuando los implicados son justamente shinobis, es decir… por favor.
—Me estás asustando —afirmó con sinceridad.
El chico no se había movido pero esa sacudida de cabeza y la insistencia no le sugerían nada bueno a la kunoichi que para colmo, siempre fue algo temerosa.
—Me estás asustando —afirmó con sinceridad.
El chico no se había movido pero esa sacudida de cabeza y la insistencia no le sugerían nada bueno a la kunoichi que para colmo, siempre fue algo temerosa.