27/12/2017, 16:00
Ralexion quedó tras su acompañante y no movió un músculo, temeroso de activar otra placa de presión tan pronto diese un paso en falso. Analizó el entorno con la visión, de manera recelosa así como frenética. Claro, cualquier constructor de trampas que se precie trata de hacerlas lo más difíciles de detectar posible, y el Sharingan no el ayudaría en una situación así. Ergo, no apreció nada fuera de lo normal.
Entre tanto, Akame hizo referencia a las trampas alrededor del altar de la sala superior, afirmando que debían de haber otras en la zona. Pero por supuesto, el Uchiha ya contaba con ello.
—Si fuera yo el diseñador las cambiaría de sitio, así pillaría a los saqueadores por sorpresa. No obstante, es cierto que si activas cualquier trampa de las que hemos visto hasta ahora, es más que probable que no estés vivo para contarlo, así que el efecto sorpresa no es un gran factor a tener en cuenta en esto... —reflexionó en alto, cruzado de brazos.
El muchacho quedó pensativo, enfrascado en sus maquinaciones, hasta que su escuálido pariente le dirigió la palabra, y con esta, le entregó una petición. Ralexion alzó la ceja derecha, incrédulo.
—¿Perdón? —articuló de inmediato— ¿Para qué quieres que vaya perturbando los restos de otros? ¿Te han entrado ganas de jugar al fútbol?
Entre tanto, Akame hizo referencia a las trampas alrededor del altar de la sala superior, afirmando que debían de haber otras en la zona. Pero por supuesto, el Uchiha ya contaba con ello.
—Si fuera yo el diseñador las cambiaría de sitio, así pillaría a los saqueadores por sorpresa. No obstante, es cierto que si activas cualquier trampa de las que hemos visto hasta ahora, es más que probable que no estés vivo para contarlo, así que el efecto sorpresa no es un gran factor a tener en cuenta en esto... —reflexionó en alto, cruzado de brazos.
El muchacho quedó pensativo, enfrascado en sus maquinaciones, hasta que su escuálido pariente le dirigió la palabra, y con esta, le entregó una petición. Ralexion alzó la ceja derecha, incrédulo.
—¿Perdón? —articuló de inmediato— ¿Para qué quieres que vaya perturbando los restos de otros? ¿Te han entrado ganas de jugar al fútbol?