2/01/2018, 20:50
Karamaru honró la petición del muchacho con suma bondad, llegando incluso a revelar su lugar de procedencia así como su estatus como shinobi de Amegakure. Sorprendido, Ralexion dio un par de palmadas de emoción, sonriente, satisfecho. El sonido se unió casi de inmediato al incesante rugido del viento.
Se aclaró la voz.
—¡Que casualidad! Yo formo parte de Kusagakure, espero que nuestras distintas lealtades no nos obliguen a vernos alguna vez en el campo de batalla —indicó con naturalidad, como si no le inoportunase en absoluto una afirmación tan cruda—. Nunca había escuchado hablar del Templo Elemental, ¿es como una orden shaolin? Me puede la curiosidad.
Se aclaró la voz.
—¡Que casualidad! Yo formo parte de Kusagakure, espero que nuestras distintas lealtades no nos obliguen a vernos alguna vez en el campo de batalla —indicó con naturalidad, como si no le inoportunase en absoluto una afirmación tan cruda—. Nunca había escuchado hablar del Templo Elemental, ¿es como una orden shaolin? Me puede la curiosidad.