5/01/2018, 07:23
(Última modificación: 5/01/2018, 07:26 por Uchiha Datsue.)
¡Pluf!
—Yo…
Hubo un breve momento de desconcierto en Zaide, como cuando un shinobi recibe un tremendo golpetazo en la cabeza y por unos segundos queda desorientado.
—Katame dijo que no lo nota... —No le dio tiempo a terminar la frase.
Cuando su mente logró procesar todo lo que había ocurrido en aquella milésima de segundo, ya había pasado. Primero, distinguió un brillo rojo moviéndose en la zurda de Zaide. Un anillo en su dedo corazón, que junto al resto de dedos ahora envolvía un mango de madera. Luego, desperezándose de aquel aire cansado y derrotado, como si tan solo hubiese sido un disfraz, se irguió como un resorte. Lo tercero, encadenado a una velocidad vertiginosa, fue que echó el brazo hacia adelante como un rayo, y Koko sintió una repentina ráfaga de aire pasándole por un lado de su rostro. Se oyó el sonido de algo clavándose a sus espaldas, y varios mechones sueltos de su cabello cayeron como hojas otoñales. Algo los había cortado.
Si miraba atrás, distinguiría en la puerta que acababa de cerrar una Nage Ono clavada en ella.
—Huh… —Zaide miró a su mano, confundido, como si no pudiese creerse que hubiese fallado a tan corta distancia. Fue entonces cuando Koko distinguió sus ojos. Oscuros. Negros como un pozo sin fondo—. El jodido tenía razón —dijo, extrañamente calmado, como si no hubiese estado a punto de enviarla al Yomi. Se tambaleaba ligeramente de un lado a otro, como un civil al subir a un barco por primera vez, como si le costase mantenerse en pie.
»No me di cuenta.
Y oír aquello de su propia voz pareció perturbarle todavía más que haber fallado el tiro.
—Yo…
Hubo un breve momento de desconcierto en Zaide, como cuando un shinobi recibe un tremendo golpetazo en la cabeza y por unos segundos queda desorientado.
—Katame dijo que no lo nota... —No le dio tiempo a terminar la frase.
Cuando su mente logró procesar todo lo que había ocurrido en aquella milésima de segundo, ya había pasado. Primero, distinguió un brillo rojo moviéndose en la zurda de Zaide. Un anillo en su dedo corazón, que junto al resto de dedos ahora envolvía un mango de madera. Luego, desperezándose de aquel aire cansado y derrotado, como si tan solo hubiese sido un disfraz, se irguió como un resorte. Lo tercero, encadenado a una velocidad vertiginosa, fue que echó el brazo hacia adelante como un rayo, y Koko sintió una repentina ráfaga de aire pasándole por un lado de su rostro. Se oyó el sonido de algo clavándose a sus espaldas, y varios mechones sueltos de su cabello cayeron como hojas otoñales. Algo los había cortado.
Si miraba atrás, distinguiría en la puerta que acababa de cerrar una Nage Ono clavada en ella.
—Huh… —Zaide miró a su mano, confundido, como si no pudiese creerse que hubiese fallado a tan corta distancia. Fue entonces cuando Koko distinguió sus ojos. Oscuros. Negros como un pozo sin fondo—. El jodido tenía razón —dijo, extrañamente calmado, como si no hubiese estado a punto de enviarla al Yomi. Se tambaleaba ligeramente de un lado a otro, como un civil al subir a un barco por primera vez, como si le costase mantenerse en pie.
»No me di cuenta.
Y oír aquello de su propia voz pareció perturbarle todavía más que haber fallado el tiro.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado