6/01/2018, 02:09
Los dos seguían su conversación, y por algún motivo insistían con meterla a Koko cuando ellos mismos lo dijeron, son bandidos fingiendo tener algún tipo de honor. Sean o no ciertas las historias de Zaide, no dejaban de ser lo que eran, como mínimo, secuestradores e indudablemente mucho más fuertes que ella como para que pueda plantearse el hacer algo, literalmente, solo podía quedarse mirando y fruncir el entrecejo ante cada cosa que se le contaba.
¿Qué más le da la historia de uno o del otro? ¿Cómo se utilizaron mutuamente entre integrantes de la banda y cómo hallaron su fin? Ella está condenada, no importa si ayuda a uno o al otro, es más que seguro de que la van a terminar asesinando de todas formas, total, son dos bandidos.
—Da igual lo que escoja, yo de aquí no salgo viva —respondió cabizbaja.
Ya luego de ello comenzaron a pelear entre sí, literalmente, ya no era un debate de niños idiotas que solo sabían provocarse sin más, ahora estaban peleando con toda la capacidad que tenían aunque eso tan solo duró unos segundos y los ojos de la pecosa apenas si pudieron percibir algo de todo eso. Así que… lejos de mostrarse realmente sorprendida, se encontraba atemorizada. «¿¡Tanto me la estoy jugando!? »pensó horrorizada, aunque era sabido que las probabilidades de que saliera viva de allí eran prácticamente nulas.
Lo peor era que ahora tenía ante ella una elección sumamente jodida.
Matar a Katame, el que recordaba la había violado mientras estaba drogada.
O matar a Zaide, el supuesto homicida desquiciado que le había metido recuerdos falsos.
Sin importar a quien matase, una vez que lo hiciese dejaría de serles útil a cualquiera de los dos, y eso significa que se librarían de ella al instante, no iba a poder ofrecer resistencia de ningún tipo.
En una situación así, la verdad es que mandar todo bien a la mierda es una muy buena opción, ¿cierto?
Incluso por las posiciones de ambos personajes podría ubicarse de modo que pudiera tener a ambos en la línea de fuego pero tristemente, el alcance de su técnica más potente no era suficiente para matarlos a ambos de una sola vez.
Siendo así, solo le quedaba una cosa por hacer…
Se acercó hasta la posición de Katame, justo entre ambos aunque curiosamente estaba algo alejada, total, no hacía falta que estuviese al alcance de su mano para poder asesinarle con aquella técnica.
—Haga lo que haga moriré —afirmó, en voz baja, tono tembloroso y algunas lágrimas recorriéndole las mejillas.
Alzó la diestra hasta la altura del pecho y formó una masa de electricidad que Katame muy bien conocería. Se había girado para mirarle directamente a los ojos, justo antes de hacerlo.
Estiró la mano y la electricidad tomó forma de lanza justo cuando Koko giró sobre sí misma usando un pie como eje. Pretendía utilizar esa misma lanza para atacar a ambos, dándoles el menor tiempo posible a reaccionar y comenzando por Zaide, quien se le antojaba mucho más peligroso si llegaba a zafarse a pesar de que era más que probable que Katame aprovecharía para atacarla antes de que se diese la vuelta al completo, después de todo, ella se había ubicado literalmente en medio de su camino aunque a un par de metros de distancia para así alcanzarlos a ambos con la misma técnica.
¿Qué más le da la historia de uno o del otro? ¿Cómo se utilizaron mutuamente entre integrantes de la banda y cómo hallaron su fin? Ella está condenada, no importa si ayuda a uno o al otro, es más que seguro de que la van a terminar asesinando de todas formas, total, son dos bandidos.
—Da igual lo que escoja, yo de aquí no salgo viva —respondió cabizbaja.
Ya luego de ello comenzaron a pelear entre sí, literalmente, ya no era un debate de niños idiotas que solo sabían provocarse sin más, ahora estaban peleando con toda la capacidad que tenían aunque eso tan solo duró unos segundos y los ojos de la pecosa apenas si pudieron percibir algo de todo eso. Así que… lejos de mostrarse realmente sorprendida, se encontraba atemorizada. «¿¡Tanto me la estoy jugando!? »pensó horrorizada, aunque era sabido que las probabilidades de que saliera viva de allí eran prácticamente nulas.
Lo peor era que ahora tenía ante ella una elección sumamente jodida.
Matar a Katame, el que recordaba la había violado mientras estaba drogada.
O matar a Zaide, el supuesto homicida desquiciado que le había metido recuerdos falsos.
Sin importar a quien matase, una vez que lo hiciese dejaría de serles útil a cualquiera de los dos, y eso significa que se librarían de ella al instante, no iba a poder ofrecer resistencia de ningún tipo.
En una situación así, la verdad es que mandar todo bien a la mierda es una muy buena opción, ¿cierto?
Incluso por las posiciones de ambos personajes podría ubicarse de modo que pudiera tener a ambos en la línea de fuego pero tristemente, el alcance de su técnica más potente no era suficiente para matarlos a ambos de una sola vez.
Siendo así, solo le quedaba una cosa por hacer…
Se acercó hasta la posición de Katame, justo entre ambos aunque curiosamente estaba algo alejada, total, no hacía falta que estuviese al alcance de su mano para poder asesinarle con aquella técnica.
—Haga lo que haga moriré —afirmó, en voz baja, tono tembloroso y algunas lágrimas recorriéndole las mejillas.
Alzó la diestra hasta la altura del pecho y formó una masa de electricidad que Katame muy bien conocería. Se había girado para mirarle directamente a los ojos, justo antes de hacerlo.
Estiró la mano y la electricidad tomó forma de lanza justo cuando Koko giró sobre sí misma usando un pie como eje. Pretendía utilizar esa misma lanza para atacar a ambos, dándoles el menor tiempo posible a reaccionar y comenzando por Zaide, quien se le antojaba mucho más peligroso si llegaba a zafarse a pesar de que era más que probable que Katame aprovecharía para atacarla antes de que se diese la vuelta al completo, después de todo, ella se había ubicado literalmente en medio de su camino aunque a un par de metros de distancia para así alcanzarlos a ambos con la misma técnica.