6/01/2018, 07:28
No entendía nada. Nada de nada. Estaban solos, desatados y aparentemente libres. ¿Qué les impedía escapar juntos? ¿Qué les retenía? Quizá, en otras circunstancias, hubiese echado a correr sin mirar atrás. El problema era…
… que sentía que caería mareado nada más diese dos pasos.
—Katame me pegó un sello explosivo y es cuestión de tiempo a que lo detone.
Aquella súbita información casi le rompe la cabeza en dos. ¿Un sello explosivo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿De qué rango? ¿Tan grave era?
—P-pero…
Indiferente a sus dudas, la kunoichi se levantó, dejándolo finalmente en el suelo, junto a su bandana.
—¿Sabes? No fue tan malo tenerte como vecino.
«¿Cómo? ¡Tú no eres Koko!» En un arrebato de suspicacia, activó el Sharingan. ¿Koko haciéndole un cumplido? No, aquello era imposible, y sin embargo… su chakra coincidía exactamente con el de ella. Lo desactivó. Algo muy grave debía estar pasándole para que le dijese semejante cosa.
—P-pero Koko, espera —susurró con fuerza, tratando de incorporarse. El solo hecho de sentarse hizo que la cabeza le diese vueltas—. ¿Cómo que lo va a detonar? ¿Dónde está? —preguntó, frunciendo el ceño. Le dolía un montón la cabeza, y le costaba razonar—. Sabes que tiene que estar máximo a diez metros de ti para hacerlo estallar, ¿no? —Dígase una cosa de Kageyama Koko: no es muy fan de los sellos explosivos. Quizá por ello, no sabía aquella información. Cierto era también, que ninjas más experimentados que Datsue lograban hacerlos detonar a más distancia. Veinte, treinta metros… Cincuenta… No creía que Katame llegase a tanto, aunque no tenía forma de saberlo—. ¿De qué rango es? ¿Dónde te lo puso? —preguntó, intentando recabar la máxima información posible antes de que la kunoichi le dejase allí plantado.
… que sentía que caería mareado nada más diese dos pasos.
—Katame me pegó un sello explosivo y es cuestión de tiempo a que lo detone.
Aquella súbita información casi le rompe la cabeza en dos. ¿Un sello explosivo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿De qué rango? ¿Tan grave era?
—P-pero…
Indiferente a sus dudas, la kunoichi se levantó, dejándolo finalmente en el suelo, junto a su bandana.
—¿Sabes? No fue tan malo tenerte como vecino.
«¿Cómo? ¡Tú no eres Koko!» En un arrebato de suspicacia, activó el Sharingan. ¿Koko haciéndole un cumplido? No, aquello era imposible, y sin embargo… su chakra coincidía exactamente con el de ella. Lo desactivó. Algo muy grave debía estar pasándole para que le dijese semejante cosa.
—P-pero Koko, espera —susurró con fuerza, tratando de incorporarse. El solo hecho de sentarse hizo que la cabeza le diese vueltas—. ¿Cómo que lo va a detonar? ¿Dónde está? —preguntó, frunciendo el ceño. Le dolía un montón la cabeza, y le costaba razonar—. Sabes que tiene que estar máximo a diez metros de ti para hacerlo estallar, ¿no? —Dígase una cosa de Kageyama Koko: no es muy fan de los sellos explosivos. Quizá por ello, no sabía aquella información. Cierto era también, que ninjas más experimentados que Datsue lograban hacerlos detonar a más distancia. Veinte, treinta metros… Cincuenta… No creía que Katame llegase a tanto, aunque no tenía forma de saberlo—. ¿De qué rango es? ¿Dónde te lo puso? —preguntó, intentando recabar la máxima información posible antes de que la kunoichi le dejase allí plantado.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado