7/01/2018, 07:24
Datsue como siempre no estaba dispuesto a hacerle caso, siempre había sido así con ella y no había buenos motivos para que cambiase ahora, más considerando que estaban ambos encerrados en territorio enemigo y en cualquier momento podrían regresar Yume y Zaide. El último el que más miedo le daba a Koko pero su compañero ni había tenido la suerte de verlo pelear contra alguien más.
—¡Suéltame! —chilló horrorizada en cuanto fue atrapada por la mano—. ¿¡Es que no te das cuenta!? ¡En cualquier momento podrían detonar el sello! —exclamó.
Dio un tirón con todas sus fuerzas para intentar zafarse del agarre y en caso de lograrlo, se echaría hacia atrás, alejándose de Datsue.
—Lo mío ya es inevitable, lo tuyo no —dijo con un hilo de voz—. Déjame, por favor —añadió con los ojos llorosos y prácticamente suplicando.
—¡Suéltame! —chilló horrorizada en cuanto fue atrapada por la mano—. ¿¡Es que no te das cuenta!? ¡En cualquier momento podrían detonar el sello! —exclamó.
Dio un tirón con todas sus fuerzas para intentar zafarse del agarre y en caso de lograrlo, se echaría hacia atrás, alejándose de Datsue.
—Lo mío ya es inevitable, lo tuyo no —dijo con un hilo de voz—. Déjame, por favor —añadió con los ojos llorosos y prácticamente suplicando.