7/01/2018, 11:01
(Última modificación: 7/01/2018, 11:13 por Uchiha Datsue.)
Yume asintió, conforme por la respuesta, e hizo un movimiento de cabeza para que Kuma procediese. El hombretón se demoró unos segundos en moverse siquiera, pero luego, con un profundo suspiro, realizó tres sellos de mano. Luego, posó una de sus enormes manazas en el hombro de la kunoichi.
Al principio, Koko tan solo sintió un hormigueo. Un hormigueo que se convirtió en cosquilleo, que le recorrió de arriba abajo por todo el cuerpo. Tenía una extraña sensación en la piel. Era como si se hubiese caído a un pozo de barro y ahora estuviese dentro de un horno, haciendo que el lodo espeso que la recubría se endureciese. Si se miraba, podría observar que ahora su piel se había coloreado de marrón, y que tenía fisuras aquí y allá. Entonces se dio cuenta: su piel se estaba convirtiendo en escamas de piedra. O algo similar.
De haber movido los brazos, o incluso los dedos, notaría que le costaba más de la cuenta, como si sus articulaciones estuviesen viejas y desengrasadas. Kuma se apartó de ella, mientras Yume tomaba su lugar.
—Recuerda lo que te dije —le advirtió Yume, mientras desanudaba su propia bandana rasgada. Entonces se la anudó a Koko en el nacimiento de la pierna, de tal modo que la placa metálica quedase en su entrepierna. Casi parecía un improvisado cinturón de castidad. Acto seguido, se humedeció los dedos y extrajo un hilo metálico, pegándolo a la esquina del sello explosivo que tenía Koko pegado al muslo. Entonces se alejó de ella, junto a Kuma, saliendo incluso de la celda y quedando a una distancia segura—. Tres, dos…
No terminó la cuenta. Su mano pegó un fuerte tirón y el sello explosivo se despegó, explotando en el acto. Un tremendo estallido que revotó por las paredes de la cueva y produjo un eco interminable. Koko salió rebotada contra una pared, llevándose un golpetazo en un costado, que le hubiese dolido mucho más de no ser por aquella nueva piel que poseía. La costilla rota, eso sí, se resintió, y notó que le faltaba el aire. Respecto a la pierna…
… seguía ahí. Oyó a Kuma emitir un gruñido, y su piel volvió poco a poco a la normalidad. Notaba la zona enrojecida y dolorida, como si la hubiesen estado abofeteando en la misma zona durante horas, y ya casi tuviese la piel dormida de tantos golpes, pero no tenía una herida sangrante. Ni siquiera parecía que fuese a quedar cicatriz alguna.
Yume volvió a adentrarse en la celda.
—En pie, y las manos arriba. —Obviamente, Koko las había bajado al recibir la explosión.
Al principio, Koko tan solo sintió un hormigueo. Un hormigueo que se convirtió en cosquilleo, que le recorrió de arriba abajo por todo el cuerpo. Tenía una extraña sensación en la piel. Era como si se hubiese caído a un pozo de barro y ahora estuviese dentro de un horno, haciendo que el lodo espeso que la recubría se endureciese. Si se miraba, podría observar que ahora su piel se había coloreado de marrón, y que tenía fisuras aquí y allá. Entonces se dio cuenta: su piel se estaba convirtiendo en escamas de piedra. O algo similar.
De haber movido los brazos, o incluso los dedos, notaría que le costaba más de la cuenta, como si sus articulaciones estuviesen viejas y desengrasadas. Kuma se apartó de ella, mientras Yume tomaba su lugar.
—Recuerda lo que te dije —le advirtió Yume, mientras desanudaba su propia bandana rasgada. Entonces se la anudó a Koko en el nacimiento de la pierna, de tal modo que la placa metálica quedase en su entrepierna. Casi parecía un improvisado cinturón de castidad. Acto seguido, se humedeció los dedos y extrajo un hilo metálico, pegándolo a la esquina del sello explosivo que tenía Koko pegado al muslo. Entonces se alejó de ella, junto a Kuma, saliendo incluso de la celda y quedando a una distancia segura—. Tres, dos…
No terminó la cuenta. Su mano pegó un fuerte tirón y el sello explosivo se despegó, explotando en el acto. Un tremendo estallido que revotó por las paredes de la cueva y produjo un eco interminable. Koko salió rebotada contra una pared, llevándose un golpetazo en un costado, que le hubiese dolido mucho más de no ser por aquella nueva piel que poseía. La costilla rota, eso sí, se resintió, y notó que le faltaba el aire. Respecto a la pierna…
… seguía ahí. Oyó a Kuma emitir un gruñido, y su piel volvió poco a poco a la normalidad. Notaba la zona enrojecida y dolorida, como si la hubiesen estado abofeteando en la misma zona durante horas, y ya casi tuviese la piel dormida de tantos golpes, pero no tenía una herida sangrante. Ni siquiera parecía que fuese a quedar cicatriz alguna.
Yume volvió a adentrarse en la celda.
—En pie, y las manos arriba. —Obviamente, Koko las había bajado al recibir la explosión.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado