8/01/2018, 01:38
A estas alturas estaba bastante acostumbrada a no recibir una respuesta directa, aunque claro, de haber querido cobrarse algo, Zaide ya lo hubiese hecho hace rato, a no ser que la comida o bebida tuviese alguna cosa que le sirva para torturarla de alguna manera rebuscada.
De cualquier manera, hacía bien en no querer soltarla, aunque decidió darle una serie de opciones para así poder comer, cosa que ya le hacía falta por el tiempo que llevaba su estómago gruñendo, era tan seguido que ya se le antojaba incluso normal.
Le dieron la chance de una cuarta opción que hubiese sido bastante seductora de no ser porque seguramente fallaría, y no solo ese bandido que tenía delante la atacaría, sino también Kuma y Yume que estarían por las cercanías. Así que la pecosa prefirió optar por una de las opciones que el Uchiha le dio.
—Me tumb… —se interrumpió.
«¡Que tengo la ropa rota! »recordó bajando la mirada, algo alarmada.
No había manera de saber si el de dientes azulados se dejaría llevar como supuestamente hizo Katame, o si ignoraría todo lo que pudiese llegar a ver estando ella boca arriba y seguramente con las piernas abiertas.
—¿Y si mejor me das de comer? No intentaré morderte —sugirió bajando la vista al plato.
Quería creer que no se intoxicaría ni nada similar por dejar que ese hombre le diese de comer. A saber lo que habría tocado con esas manos y si se tomaba las molestias de lavárselas de vez en cuando.
De cualquier manera, hacía bien en no querer soltarla, aunque decidió darle una serie de opciones para así poder comer, cosa que ya le hacía falta por el tiempo que llevaba su estómago gruñendo, era tan seguido que ya se le antojaba incluso normal.
Le dieron la chance de una cuarta opción que hubiese sido bastante seductora de no ser porque seguramente fallaría, y no solo ese bandido que tenía delante la atacaría, sino también Kuma y Yume que estarían por las cercanías. Así que la pecosa prefirió optar por una de las opciones que el Uchiha le dio.
—Me tumb… —se interrumpió.
«¡Que tengo la ropa rota! »recordó bajando la mirada, algo alarmada.
No había manera de saber si el de dientes azulados se dejaría llevar como supuestamente hizo Katame, o si ignoraría todo lo que pudiese llegar a ver estando ella boca arriba y seguramente con las piernas abiertas.
—¿Y si mejor me das de comer? No intentaré morderte —sugirió bajando la vista al plato.
Quería creer que no se intoxicaría ni nada similar por dejar que ese hombre le diese de comer. A saber lo que habría tocado con esas manos y si se tomaba las molestias de lavárselas de vez en cuando.