8/01/2018, 07:45
Zaide escupió a un lado.
—El resumen rápido es que son la mayor máquina de hacer dinero de todo Oonindo —le explicó—. Están por todas partes, aunque no las veas. En Shinogi-to la coca siempre pegó muy fuerte, y ahora se está llevando el omoide. En Tane-Shigai, las setas y la maría son el producto estrella. En Inaka —sonrió por un momento—, no te creerías lo que se meten allí. Y Kasukami es uno de los puntos de Oonindo donde más se mueve. Últimamente le dan mucho a la coca y al éxtasis. Verás, Kasukami tiene algo curioso, y es que dividen como en ningún sitio la zona rica de la pobre. Pasas de blanco a negro en un solo paso, y eso… es una mina de oro. Puedes dividir de puta madre el producto por zonas: la droga de mierda para los pobres, y la sofisticada para los ricos.
»El Dragón Rojo nació en el barrio de los pobres, con trapicheos aquí y allá. Pero como te decía, se fue expandiendo, y quiso pegar el salto al distrito rico. ¿El problema? Ya había otro pez más gordo que manejaba el cotarro. Resumiendo —continuó—, cierto día hicieron un enorme encargo de armas a los Herreros. Iban a declararle la guerra a la otra mafia, y nos confiaron a nosotros la supervisión del cargamento para que llegase a su destino.
»Entonces se me ocurrió una grandiosa idea —se carcajeó de sí mismo—. Vamos a quedarnos con el cargamento, venderlo, y retirarnos de por vida. ¿Qué podía salir mal? —rio de nuevo, y tuvo que parar al notar que iba a darle otro ataque de tos—. Que estúpido suena ahora, ¿huh? Pero por aquel entonces me creía invencible y que podía con todo.
»Ya ves cómo estamos ahora. La mayoría muertos, sin ser capaces de vender las armas a nadie porque temen las represalias de Dragón Rojo y muertos de hambre. Necesitamos pasta. Liquidez. Un pequeño empujón para llenar los bolsillos adecuados. Y ahí es donde entras tú, Koko. Eres una Sakamoto. Tu familia es rica, Yume me lo contó. Así que voy a pedir un rescate por ti, y tú me vas a recomendar a qué hermano pedírselo. Porque apuesto a que algunos querrán pagarme con acero y no con billetes, ¿huh? —Ahora sí, la cabeza de Zaide se elevó y clavó sus ojos oscuros en los de ella, analíticos.
—El resumen rápido es que son la mayor máquina de hacer dinero de todo Oonindo —le explicó—. Están por todas partes, aunque no las veas. En Shinogi-to la coca siempre pegó muy fuerte, y ahora se está llevando el omoide. En Tane-Shigai, las setas y la maría son el producto estrella. En Inaka —sonrió por un momento—, no te creerías lo que se meten allí. Y Kasukami es uno de los puntos de Oonindo donde más se mueve. Últimamente le dan mucho a la coca y al éxtasis. Verás, Kasukami tiene algo curioso, y es que dividen como en ningún sitio la zona rica de la pobre. Pasas de blanco a negro en un solo paso, y eso… es una mina de oro. Puedes dividir de puta madre el producto por zonas: la droga de mierda para los pobres, y la sofisticada para los ricos.
»El Dragón Rojo nació en el barrio de los pobres, con trapicheos aquí y allá. Pero como te decía, se fue expandiendo, y quiso pegar el salto al distrito rico. ¿El problema? Ya había otro pez más gordo que manejaba el cotarro. Resumiendo —continuó—, cierto día hicieron un enorme encargo de armas a los Herreros. Iban a declararle la guerra a la otra mafia, y nos confiaron a nosotros la supervisión del cargamento para que llegase a su destino.
»Entonces se me ocurrió una grandiosa idea —se carcajeó de sí mismo—. Vamos a quedarnos con el cargamento, venderlo, y retirarnos de por vida. ¿Qué podía salir mal? —rio de nuevo, y tuvo que parar al notar que iba a darle otro ataque de tos—. Que estúpido suena ahora, ¿huh? Pero por aquel entonces me creía invencible y que podía con todo.
»Ya ves cómo estamos ahora. La mayoría muertos, sin ser capaces de vender las armas a nadie porque temen las represalias de Dragón Rojo y muertos de hambre. Necesitamos pasta. Liquidez. Un pequeño empujón para llenar los bolsillos adecuados. Y ahí es donde entras tú, Koko. Eres una Sakamoto. Tu familia es rica, Yume me lo contó. Así que voy a pedir un rescate por ti, y tú me vas a recomendar a qué hermano pedírselo. Porque apuesto a que algunos querrán pagarme con acero y no con billetes, ¿huh? —Ahora sí, la cabeza de Zaide se elevó y clavó sus ojos oscuros en los de ella, analíticos.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado