9/01/2018, 23:35
A lo largo de la travesía el kusajin le echó alguna que otra mirada a su compañera, pero su expresión no varió. El muchacho acalló sus preocupaciones con la seguridad de que los médicos sabrían ocuparse de ella tan pronto la llevase hasta la aldea.
Tras explicarle a los doctores lo poco que conocía sobre la situación, la Sarutobi quedó en manos de los especialistas. Por su parte, él tenía trabajo que hacer, ergo, no perdió el tiempo y se puso en marcha tan pronto resultó obvio que ya no podía hacer nada por la muchacha.
Ritsuko le había ofrecido tomar un abrigo de su casa, incluso le había indicado dónde podía dar con una llave que le permitiría acceso a su hogar, pero Ralexion no conocía demasiado el lugar y la pelirroja, olvidadiza como ella sola, no le había revelado el sitio donde guardaba sus ropajes. Sin deseos de perder el tiempo rebuscando en un ambiente privado que no era suyo, el genin se limitó a llevar a cabo una breve escala en su hogar para cambiar sus empapadas prendas por unas secas —se puso una camiseta de manga larga y color azul marino con unos pantalones largos de color negro, tomó un par de sandalias nuevas y dejó su portador de objetos donde siempre, finalmente se echó una capa de color blanco encima de todo lo anteriormente mencionado—.
Así pues, emprendió el camino de vuelta a buen paso. Se notaba claramente enfermo, pero al menos ahora podía disfrutar de la calor y comodidad de unos ropajes no empapados y una capa que le protegía de las inclemencias del temporal como dios manda. Ya tosía de vez en cuando, y sentía cómo los mocos se iban acumulando en su nariz. No solo eso, también se sentía claramente mareado. «Vaya un día de mierda... pero voy a tener que apretar los dientes y completar la misión. Después de eso puedo pasarme un par de días en cama hasta que me mejore y ya está. Espero que Raiden me perdone los entrenamientos teniendo en cuenta que he enfermado durante una misión...».
Podría haber corrido, pero optó por no hacerlo; bastante mal se encontraba ya.
Al llegar al reencuentro de Ritsuko, se pondría a ayudarla en caso de que su compañera no hubiera finalizado ya los arreglos del primer santuario.
***
Tras explicarle a los doctores lo poco que conocía sobre la situación, la Sarutobi quedó en manos de los especialistas. Por su parte, él tenía trabajo que hacer, ergo, no perdió el tiempo y se puso en marcha tan pronto resultó obvio que ya no podía hacer nada por la muchacha.
Ritsuko le había ofrecido tomar un abrigo de su casa, incluso le había indicado dónde podía dar con una llave que le permitiría acceso a su hogar, pero Ralexion no conocía demasiado el lugar y la pelirroja, olvidadiza como ella sola, no le había revelado el sitio donde guardaba sus ropajes. Sin deseos de perder el tiempo rebuscando en un ambiente privado que no era suyo, el genin se limitó a llevar a cabo una breve escala en su hogar para cambiar sus empapadas prendas por unas secas —se puso una camiseta de manga larga y color azul marino con unos pantalones largos de color negro, tomó un par de sandalias nuevas y dejó su portador de objetos donde siempre, finalmente se echó una capa de color blanco encima de todo lo anteriormente mencionado—.
Así pues, emprendió el camino de vuelta a buen paso. Se notaba claramente enfermo, pero al menos ahora podía disfrutar de la calor y comodidad de unos ropajes no empapados y una capa que le protegía de las inclemencias del temporal como dios manda. Ya tosía de vez en cuando, y sentía cómo los mocos se iban acumulando en su nariz. No solo eso, también se sentía claramente mareado. «Vaya un día de mierda... pero voy a tener que apretar los dientes y completar la misión. Después de eso puedo pasarme un par de días en cama hasta que me mejore y ya está. Espero que Raiden me perdone los entrenamientos teniendo en cuenta que he enfermado durante una misión...».
Podría haber corrido, pero optó por no hacerlo; bastante mal se encontraba ya.
Al llegar al reencuentro de Ritsuko, se pondría a ayudarla en caso de que su compañera no hubiera finalizado ya los arreglos del primer santuario.