10/01/2018, 11:22
(Última modificación: 10/01/2018, 11:23 por Uchiha Datsue.)
Por un momento, se dejó contagiar por aquella risa y fue feliz. Luego despertó, cómo siempre lo hacía.
—¿Qué te dijo Koko?
Resopló. Sabía que el clon de Yume se encontraba en aquellos momentos con Koko. Quizá ella tuviese más suerte, porque lo que era él…
—Se lo ha tomado como un: os estaría haciendo un favor. Y no como un: me están haciendo un favor.
Yume alzó una ceja.
—¿Se lo estás haciendo?
Zaide chasqueó la lengua.
—Qué quieres que responda a eso, ¿huh? Hago lo que puedo, Yume —se defendió, irritado. Estuvo un rato en silencio, sin decir nada. No quería ponerse a discutir. No, al menos, mientras le estuviese haciendo las curas—. Está demasiado enrabietada —continuó al fin—. No me extraña, con todo lo que ha pasado. Por una parte, creo que no nos toma por mucha cosa… Viendo que casi me mata a mí y a Katame, lo raro sería que pensase lo contrario. Y por otra parte sigue siendo una niña, y como toda niña tiene endiosados a sus hermanos mayores. Los cree invencibles. Se piensa que no les aguantaría ni un asalto —bufó.
—¿Lo harías? —preguntó Yume, con esa mirada inquisitiva que le hirió el orgullo.
—Si tuviese los pulmones de hace un año…
—Pero no los tienes, ¿huh? —le rebatió, imitándole, y pisoteando el poco orgullo que le quedaba—. Y tú los viste luchar una vez. Son demasiados, y se compenetran bastante bien, según me dijiste —Zaide pudo advertir la tormenta en su voz antes incluso de que se produjese—. Sinceramente, Zaide… ¿A qué coño juegas?
Koko estaba tan desorientada que había perdido la noción del tiempo. ¿Era de día? ¿De noche? Cómo saberlo, si la luz ambiental apenas lograría convertir la oscuridad en una penumbra profunda si no tuviese ayuda de las antorchas.
Todavía medio dormida, Koko se pensó que ahora se convertiría en la mascota de Yume.
—Has visto demasiadas películas —dijo, sin poder contener la risa—. Anda, levántate —la apremió, ofreciéndole una mano para auparla.
Sin soltarle la mano, la bandida la guio hacia la salida de la cueva, situada a la derecha de donde se encontraban. Las grandes paredes de piedra se alzaban, enormes, a su lado, como si aquel fuese un pasillo de gigantes. El murmullo que Koko había estado escuchando desde que había despertado en la celda fue incrementando, y, al fin, pudo descubrir a qué se debía: una cascada caía justo sobre la entrada de la cueva.
El agua se colaba en parte del interior, formando un pequeño charco de apenas centímetros de profundidad.
—¿Lista para un baño?
—¿Qué te dijo Koko?
Resopló. Sabía que el clon de Yume se encontraba en aquellos momentos con Koko. Quizá ella tuviese más suerte, porque lo que era él…
—Se lo ha tomado como un: os estaría haciendo un favor. Y no como un: me están haciendo un favor.
Yume alzó una ceja.
—¿Se lo estás haciendo?
Zaide chasqueó la lengua.
—Qué quieres que responda a eso, ¿huh? Hago lo que puedo, Yume —se defendió, irritado. Estuvo un rato en silencio, sin decir nada. No quería ponerse a discutir. No, al menos, mientras le estuviese haciendo las curas—. Está demasiado enrabietada —continuó al fin—. No me extraña, con todo lo que ha pasado. Por una parte, creo que no nos toma por mucha cosa… Viendo que casi me mata a mí y a Katame, lo raro sería que pensase lo contrario. Y por otra parte sigue siendo una niña, y como toda niña tiene endiosados a sus hermanos mayores. Los cree invencibles. Se piensa que no les aguantaría ni un asalto —bufó.
—¿Lo harías? —preguntó Yume, con esa mirada inquisitiva que le hirió el orgullo.
—Si tuviese los pulmones de hace un año…
—Pero no los tienes, ¿huh? —le rebatió, imitándole, y pisoteando el poco orgullo que le quedaba—. Y tú los viste luchar una vez. Son demasiados, y se compenetran bastante bien, según me dijiste —Zaide pudo advertir la tormenta en su voz antes incluso de que se produjese—. Sinceramente, Zaide… ¿A qué coño juegas?
• • •
Koko estaba tan desorientada que había perdido la noción del tiempo. ¿Era de día? ¿De noche? Cómo saberlo, si la luz ambiental apenas lograría convertir la oscuridad en una penumbra profunda si no tuviese ayuda de las antorchas.
Todavía medio dormida, Koko se pensó que ahora se convertiría en la mascota de Yume.
—Has visto demasiadas películas —dijo, sin poder contener la risa—. Anda, levántate —la apremió, ofreciéndole una mano para auparla.
Sin soltarle la mano, la bandida la guio hacia la salida de la cueva, situada a la derecha de donde se encontraban. Las grandes paredes de piedra se alzaban, enormes, a su lado, como si aquel fuese un pasillo de gigantes. El murmullo que Koko había estado escuchando desde que había despertado en la celda fue incrementando, y, al fin, pudo descubrir a qué se debía: una cascada caía justo sobre la entrada de la cueva.
El agua se colaba en parte del interior, formando un pequeño charco de apenas centímetros de profundidad.
—¿Lista para un baño?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado