13/01/2018, 04:09
Zaide asintió, formando un sello de mano y haciendo surgir un clon a su lado. Respiró hondo, y, al hacerlo, tosió. No, todavía no estaba recuperado del todo… pero no había estado tan bien desde hacía mucho tiempo. Casi le parecía una eternidad.
El clon se alejó de allí, desapareciendo de la vista de Koko, aunque no se iría muy lejos. Concretamente, a la celda de al lado.
Datsue había pasado una mala semana. Una semana de mierda. Y lo habían sido por tres razones.
Primero, porque las atenciones que recibía eran, desde luego, mucho menores a las de Koko. Ni charlas con Yume, ni bromillas tras los barrotes, ni la posibilidad de dormir en el frío suelo. Estaba hecho mierda, olía a mierda y su celda apestaba también a mierda.
Segundo, porque su comida era escasa, ya que Yume —o Zaide, el último día—, se impacientaban con su lento masticar y en seguida dejaban de darle de comer. Hubiese sido más fácil si le hubiesen soltado una mano para dejarle hacerlo a él, pero no, no había sido el caso.
Y, para empeorarlo, Koko parecía no entender sus mensajes. Había tratado de elaborar un sencillo lenguaje para comunicarse entre ellos: dos golpes significaban un sí; uno, un no. Pero la Kageyama o no lo había entendido, o le preocupaba más chismorrear con Yume.
Y por eso su semana había sido de mierda.
Pero su suerte estaba a punto de cambiar cuando Zaide apareció tras los barrotes. Esta vez, sin nada entre las manos.
—¿Algún consejo para que no la cague? —preguntó Zaide a Koko—. Y… una última pregunta. ¿Por qué contarme todo esto? ¿Por qué no mentirme o negarte a contarlo y dejar que la tropa de tus hermanos viniese a por mí?
El clon se alejó de allí, desapareciendo de la vista de Koko, aunque no se iría muy lejos. Concretamente, a la celda de al lado.
• • •
Datsue había pasado una mala semana. Una semana de mierda. Y lo habían sido por tres razones.
Primero, porque las atenciones que recibía eran, desde luego, mucho menores a las de Koko. Ni charlas con Yume, ni bromillas tras los barrotes, ni la posibilidad de dormir en el frío suelo. Estaba hecho mierda, olía a mierda y su celda apestaba también a mierda.
Segundo, porque su comida era escasa, ya que Yume —o Zaide, el último día—, se impacientaban con su lento masticar y en seguida dejaban de darle de comer. Hubiese sido más fácil si le hubiesen soltado una mano para dejarle hacerlo a él, pero no, no había sido el caso.
Y, para empeorarlo, Koko parecía no entender sus mensajes. Había tratado de elaborar un sencillo lenguaje para comunicarse entre ellos: dos golpes significaban un sí; uno, un no. Pero la Kageyama o no lo había entendido, o le preocupaba más chismorrear con Yume.
Y por eso su semana había sido de mierda.
Pero su suerte estaba a punto de cambiar cuando Zaide apareció tras los barrotes. Esta vez, sin nada entre las manos.
• • •
—¿Algún consejo para que no la cague? —preguntó Zaide a Koko—. Y… una última pregunta. ¿Por qué contarme todo esto? ¿Por qué no mentirme o negarte a contarlo y dejar que la tropa de tus hermanos viniese a por mí?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado