14/01/2018, 06:40
El Uchiha estaba agotado, cansado tanto física como mentalmente. Había tenido una de las peores semanas de su vida con diferencia, y lo único que quería era echarse en la cama a dormir y olvidarse de todo. Sin embargo, y pese a ello, la kunoichi logró sonrojarle al malinterpretar sus palabras.
Datsue estaba a punto de, entre balbuceos, sacarla de su error cuando le invitó a pasar.
«¿E-en serio?». Sin saber por qué, el Uchiha se encontró a sí mismo esbozando una sonrisa bobalicona. «Así que si de verdad hubiese venido a por una cita… ¿me la hubiese dado? Joder, ¡pues está bien saberlo!». De camino, y sin poder borrar la sonrisa de su rostro, cruzó la mirada con Noemi. Levantó una mano para saludarla, pero la dejó a medio camino cuando distinguió su mirada iracunda en ella. En su lugar, aceleró el paso tras Nagisa, buscando desaparecer de su vista cuanto antes, no fuese a ser y salía de allí con un ojo hinchado. O algo peor.
Una vez dentro —Datsue reconocía parte del interior de aquella mansión de la fiesta con Nabi y el resto—, la kunoichi le condujo hasta su habitación. «Va, venga, céntrate», se dijo, cuando cerró la puerta tras de sí. La mirada fija e inquietante del cocodrilo no ayudaba, eso desde luego.
—¿Y bien? ¿qué necesitas?
—Verás, yo… Nada —se sinceró—. Es Koko quien necesita tu ayuda —dijo con voz grave—. Voy a contártelo todo, pero por favor, debes escuchar toda la historia antes de decir o hacer nada. Por favor... —dijo, suplicante.
Datsue estaba a punto de, entre balbuceos, sacarla de su error cuando le invitó a pasar.
«¿E-en serio?». Sin saber por qué, el Uchiha se encontró a sí mismo esbozando una sonrisa bobalicona. «Así que si de verdad hubiese venido a por una cita… ¿me la hubiese dado? Joder, ¡pues está bien saberlo!». De camino, y sin poder borrar la sonrisa de su rostro, cruzó la mirada con Noemi. Levantó una mano para saludarla, pero la dejó a medio camino cuando distinguió su mirada iracunda en ella. En su lugar, aceleró el paso tras Nagisa, buscando desaparecer de su vista cuanto antes, no fuese a ser y salía de allí con un ojo hinchado. O algo peor.
Una vez dentro —Datsue reconocía parte del interior de aquella mansión de la fiesta con Nabi y el resto—, la kunoichi le condujo hasta su habitación. «Va, venga, céntrate», se dijo, cuando cerró la puerta tras de sí. La mirada fija e inquietante del cocodrilo no ayudaba, eso desde luego.
—¿Y bien? ¿qué necesitas?
—Verás, yo… Nada —se sinceró—. Es Koko quien necesita tu ayuda —dijo con voz grave—. Voy a contártelo todo, pero por favor, debes escuchar toda la historia antes de decir o hacer nada. Por favor... —dijo, suplicante.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado