14/01/2018, 08:57
(Última modificación: 14/01/2018, 09:01 por Uchiha Datsue.)
Nagisa aceptó su propuesta de forma mucho más fácil de lo que había pensado. Datsue emitió un suspiro. Por un momento, había tenido las esperanzas de que se negaría. De que no creyese necesaria su ayuda. El Uchiha —pese a que nunca lo reconocería—, no le hubiese replicado ni tratado de convencerla. Hubiese asentido con rapidez, deseado buena suerte y visto partir por las puertas de la Aldea. Con el corazón en un puño y preocupado por Koko, sí, pero a salvo en su casa.
—Por supuesto —dijo, cuando Nagisa le pidió que aceptara lo que dijese sin rechistar. Datsue nunca había sido de los problemáticos en aceptar órdenes de un superior. Al menos, no abiertamente. Otra cosa era que luego, cuando se creía en la más absoluta intimidad y privacidad, hiciese lo que le diese la gana. Nada que ver con los amejines, al parecer. Su Hermano le había contado cada historia…
Pero su mente tuvo que volver pronto a la realidad, y de qué forma, cuando la kunoichi invocó a un jodido cocodrilo cuando salieron de la Villa. Y no uno de los pequeños, como acababa de avistar, sino uno tremendamente enorme. Tenía el tamaño de un oso, solo que mucho más largo y —a ojos del Uchiha— amenazante.
—¿Q-que me suba a…? —Datsue retrocedió de forma inconsciente un paso—. ¿No hay otra forma de…? —Chasqueó la lengua. Cada segundo perdido era un segundo más que Koko convivía con aquellos malnacidos—. Está bien, está bien.
Sin fiarse ni un pelo de aquel animal, pegó un salto para auparse en su larga espalda, sentándose cerca de Nagisa y tratando de amarrarse a las escamas. Aquello, además de peligroso, le parecía la mar de incómodo. Nada que ver con una buena silla de montar o, cómo hacia poco había comprobado, las suaves plumas de un águila.
—Por supuesto —dijo, cuando Nagisa le pidió que aceptara lo que dijese sin rechistar. Datsue nunca había sido de los problemáticos en aceptar órdenes de un superior. Al menos, no abiertamente. Otra cosa era que luego, cuando se creía en la más absoluta intimidad y privacidad, hiciese lo que le diese la gana. Nada que ver con los amejines, al parecer. Su Hermano le había contado cada historia…
Pero su mente tuvo que volver pronto a la realidad, y de qué forma, cuando la kunoichi invocó a un jodido cocodrilo cuando salieron de la Villa. Y no uno de los pequeños, como acababa de avistar, sino uno tremendamente enorme. Tenía el tamaño de un oso, solo que mucho más largo y —a ojos del Uchiha— amenazante.
—¿Q-que me suba a…? —Datsue retrocedió de forma inconsciente un paso—. ¿No hay otra forma de…? —Chasqueó la lengua. Cada segundo perdido era un segundo más que Koko convivía con aquellos malnacidos—. Está bien, está bien.
Sin fiarse ni un pelo de aquel animal, pegó un salto para auparse en su larga espalda, sentándose cerca de Nagisa y tratando de amarrarse a las escamas. Aquello, además de peligroso, le parecía la mar de incómodo. Nada que ver con una buena silla de montar o, cómo hacia poco había comprobado, las suaves plumas de un águila.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado