14/01/2018, 22:46
El dúo se dispuso a deshacer el camino llevado a cabo, por mucho que a ambos le pesase. Ralexion se quedaría con las ganas de superar las nubes y sentir el placer de verse en el —supuestamente— punto más alto de Ōnindo. Quizás retornase en otra ocasión, cuando pájaros de tal tamaño no le resultasen una amenaza. Era "simple" cuestión de alcanzar cotas de poder mayores.
Entonces Karamaru le disparó una pregunta que al kusajin se le antojó extraña, pero no permitió que se entreviese. «Supongo y espero que su curiosidad se limite a que compartimos apellidos y somos, efectivamente, parientes lejanos. No me gustaría meterme en problemas por culpa de Akame-san...», reflexionó en la privacidad de su mente.
—Sí, lo conozco, aunque no seamos de la misma aldea —expresó con una tibia sonrisa en sus labios—. ¿Qué se cuenta el bueno de Akame-san?
Entonces Karamaru le disparó una pregunta que al kusajin se le antojó extraña, pero no permitió que se entreviese. «Supongo y espero que su curiosidad se limite a que compartimos apellidos y somos, efectivamente, parientes lejanos. No me gustaría meterme en problemas por culpa de Akame-san...», reflexionó en la privacidad de su mente.
—Sí, lo conozco, aunque no seamos de la misma aldea —expresó con una tibia sonrisa en sus labios—. ¿Qué se cuenta el bueno de Akame-san?