15/01/2018, 00:22
Había aprendido la lección. Y dolía como si me hubiera arrancado una parte muy importante de mi mismo. No era como el dolor físico. En realidad hubiera preferido sentir un corte, o cien latigazos, a lo que estaba sintiendo en aquel momento. Había aprendido que, las cosas que amas, las cosas que te gustan de verdad, a veces, podían hacerte sufrir y mucho. Aún me dolía el corazón.
Y aun con ese dolor, tenía que continuar mi viaje. Darse media vuelta y volver a casa llorando no me aportaba nada, ni me ayudara a sanar. Bajo el frio manto de la Despedida, caminé varios días hasta dar con el lugar que estaba buscando. No tarde por que no supiera como llegar, sabía leer un mapa tan simple como el que me había dado mi madre. El problema era que el clima no ayudaba. Tal vez tenía que haber elegido otra estación.
Sin embargo, no podía hacer eso. Tenía demasiadas ganas de salir, de ver el mundo, de saber cómo era el sol, como era un día sin lluvia. Peque de ansioso, lo admito, me pudieron las ganas de conocer algo nuevo, de aprender. Y había aprendido, eso era indudable, no como yo quería, pero lo había hecho.
Aun así, no había tenido suficiente. Mi ansia era mucho mayor, muchísimo. Una lección no era bastante para calmarme. Solo por eso, continúe hasta alcanzar las ruinas de unas civilizaciones perdidas, olvidadas por la naturaleza, que seguía su curso como si aquello no estuviera allí, y crecían por encima, o derribando los muros. Y a su vez, desgatadas por orden del tiempo, quien no se olvidaba de ellas y no les daba tregua. Tal vez, dentro de cientos de años, tal vez menos, allí solo pudiera verse la vegetación.
—¿por dónde debería empezar?
Me pregunte a mi mismo en voz alta, creyéndome solo.
Y aun con ese dolor, tenía que continuar mi viaje. Darse media vuelta y volver a casa llorando no me aportaba nada, ni me ayudara a sanar. Bajo el frio manto de la Despedida, caminé varios días hasta dar con el lugar que estaba buscando. No tarde por que no supiera como llegar, sabía leer un mapa tan simple como el que me había dado mi madre. El problema era que el clima no ayudaba. Tal vez tenía que haber elegido otra estación.
Sin embargo, no podía hacer eso. Tenía demasiadas ganas de salir, de ver el mundo, de saber cómo era el sol, como era un día sin lluvia. Peque de ansioso, lo admito, me pudieron las ganas de conocer algo nuevo, de aprender. Y había aprendido, eso era indudable, no como yo quería, pero lo había hecho.
Aun así, no había tenido suficiente. Mi ansia era mucho mayor, muchísimo. Una lección no era bastante para calmarme. Solo por eso, continúe hasta alcanzar las ruinas de unas civilizaciones perdidas, olvidadas por la naturaleza, que seguía su curso como si aquello no estuviera allí, y crecían por encima, o derribando los muros. Y a su vez, desgatadas por orden del tiempo, quien no se olvidaba de ellas y no les daba tregua. Tal vez, dentro de cientos de años, tal vez menos, allí solo pudiera verse la vegetación.
—¿por dónde debería empezar?
Me pregunte a mi mismo en voz alta, creyéndome solo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)