15/01/2018, 23:53
El aludido saludó a su pariente alzando la taza de té verde que degustaba junto a su cena e inclinando la cabeza en una ligera reverencia, más cargada de sorna que de respeto. Luego le invitó a sentarse con un movimiento amplio de su brazo derecho.
—Toma asiento, vamos. Esta cena corre de mi cuenta, al fin y al cabo no puedo evitar sentirme ligeramente culpable de que hayas tenido que pasarte un par de días encamado —dijo Akame, tras deshuesar uno de los muslos del pollo. Era su parte favorita del guiso—. ¿Solomillo de cerdo? ¿Pollo asado? ¿Estofado? ¿Tal vez algo más ligero? Esta noche te conviene estar rápido de pies y manos... Y de estómago —añadió el Uchiha con una sonrisa que ocultaba más de lo que dejaba entrever.
A su alrededor el jolgorio no se detenía, y un grupo de mujeres empezó a cantar junto con los músicos. Tímidamente al principio, con más confianza después, cuando una cuadrilla de jóvenes al otro lado del restaurante empezó a seguir la letra.
—No sabía que había tan buen pollo asado por aquí. Es de mis platos favoritos —dijo de repente el uzujin, como intentando rellenar el silencio que se había formado, por momentos, entre ambos—. El té tampoco está mal... Aunque nada que ver con el de las Islas del Té de mi patria. Lo siento.
Soltó una carcajada maliciosa y cómica y tomó un buen trago de agua. Luego pinchó con el tenedor unas cuantas rodajas de papas asadas, un buen trozo de muslo de pollo jugoso a más no poder, y se lo llevó a la boca con gesto de incontenible satisfacción.
Uchiha Akame parecía estar de muy buen humor aquella noche.
—Toma asiento, vamos. Esta cena corre de mi cuenta, al fin y al cabo no puedo evitar sentirme ligeramente culpable de que hayas tenido que pasarte un par de días encamado —dijo Akame, tras deshuesar uno de los muslos del pollo. Era su parte favorita del guiso—. ¿Solomillo de cerdo? ¿Pollo asado? ¿Estofado? ¿Tal vez algo más ligero? Esta noche te conviene estar rápido de pies y manos... Y de estómago —añadió el Uchiha con una sonrisa que ocultaba más de lo que dejaba entrever.
A su alrededor el jolgorio no se detenía, y un grupo de mujeres empezó a cantar junto con los músicos. Tímidamente al principio, con más confianza después, cuando una cuadrilla de jóvenes al otro lado del restaurante empezó a seguir la letra.
—No sabía que había tan buen pollo asado por aquí. Es de mis platos favoritos —dijo de repente el uzujin, como intentando rellenar el silencio que se había formado, por momentos, entre ambos—. El té tampoco está mal... Aunque nada que ver con el de las Islas del Té de mi patria. Lo siento.
Soltó una carcajada maliciosa y cómica y tomó un buen trago de agua. Luego pinchó con el tenedor unas cuantas rodajas de papas asadas, un buen trozo de muslo de pollo jugoso a más no poder, y se lo llevó a la boca con gesto de incontenible satisfacción.
Uchiha Akame parecía estar de muy buen humor aquella noche.