17/01/2018, 10:11
A pesar del intento del Uchiha por llamar la atención de la Kageyama no consiguió respuesta alguna. No parecía importarle a la pecosa que el estómago le rugiese y sentir la boca reseca por la falta de alimento e hidratación.
—Eso pensaba hacer —le indicó la mayor en lo que recolectaba bastante hierba.
Dejó que Datsue hiciera lo que quisiera, incluyendo la hoguera que vino genial para calentarse momentáneamente hasta que él terminó su comida. Ya con todo listo no quedaría de otra que echarse a dormir para poder seguir con el viaje que por suerte, estaba cercano a terminarse… al menos la ida.
En eso, justo cuando la peli-celeste se puso de pie y estiró un poco la espalda y los brazos, el joven genin soltó una pregunta que a juzgar por la reacción de ella, estaba esperando que la formulase.
—Pensaba usarte a ti de abrigo —dijo con una sonrisa mientras se acercaba al chico ya metido en su saco.
Indudablemente la fémina carecía de la fortaleza física para cargar con el Uchiha así que optó por hacer algo más sencillo, ubicarse a un lado de él y hacerlo rodar hasta el colchón de hierba que era la suficiente para que dos personas se tumbasen a dormir allí. Lo acomodó bien como correspondía y luego se tumbó a un lado bien aferrada a él. Así al menos un poco de calor ajeno le llegaba y la hierba la ayudaba más de lo que uno pudiera imaginarse.
—Eso pensaba hacer —le indicó la mayor en lo que recolectaba bastante hierba.
Dejó que Datsue hiciera lo que quisiera, incluyendo la hoguera que vino genial para calentarse momentáneamente hasta que él terminó su comida. Ya con todo listo no quedaría de otra que echarse a dormir para poder seguir con el viaje que por suerte, estaba cercano a terminarse… al menos la ida.
En eso, justo cuando la peli-celeste se puso de pie y estiró un poco la espalda y los brazos, el joven genin soltó una pregunta que a juzgar por la reacción de ella, estaba esperando que la formulase.
—Pensaba usarte a ti de abrigo —dijo con una sonrisa mientras se acercaba al chico ya metido en su saco.
Indudablemente la fémina carecía de la fortaleza física para cargar con el Uchiha así que optó por hacer algo más sencillo, ubicarse a un lado de él y hacerlo rodar hasta el colchón de hierba que era la suficiente para que dos personas se tumbasen a dormir allí. Lo acomodó bien como correspondía y luego se tumbó a un lado bien aferrada a él. Así al menos un poco de calor ajeno le llegaba y la hierba la ayudaba más de lo que uno pudiera imaginarse.