17/01/2018, 12:37
Koko prefirió no responder ante aquella burla y bebió tanto como pudo aunque con moderación, lo último que quería era terminar vomitando y empeorando aún más su deshidratación.
Una vez terminada de beber, el bandido se llevó el vaso y no fue hasta la próxima comida que no recibió otro. Pero si bien, sentía hambre, no iba a pedir comida, se aguantaría más tiempo pura y exclusivamente con agua que total, eso solo ya la estaba ayudando a mejorar al menos un poco su estado.
Aquellos dos habían llegado excesivamente rápido y les había quedado bastante tiempo de sobra para hacer lo que se les antojase. Se había provisto bien de comida, tenían una habitación reservada en una buena posada y los estómagos bien llenos. Pero Datsue no contaba con una cosa de la que no se enteró hasta soltar aquella pregunta.
—Esperaremos —afirmó sin dudarlo ni un instante—. Me jode admitirlo pero lo mío no son las peleas —afirmó algo frustrada.
Si algo distinto tenía ella de los demás Sakamoto —además de cabello celeste que por lo visto era natural— era la falta de espadas. Ella no llevaba consigo una cantidad ridícula de espadas y con suerte tenía dos kodachis amarradas a la cintura formando una cruz, sin mencionar que su estado físico era, a simple vista, muy similar al de Noemi en su época de kunoichi, es decir, no tiene músculos marcados, incluso Koko está más marcada que ella.
—Así que dudo mucho que podamos con esos dos que mencionaste y más si tenemos que cuidar que no pase nada a mi hermana.
Tras aquella afirmación, Nagisa se puso de pie, se estiró un poco más y se retiró rumbo a la habitación que, de nuevo, compartía con el Uchiha. Tampoco podía darse el lujo de ir derrochando dinero cuando una buena suma tenía que invertirla en ”comprar” a su hermana.
Una vez terminada de beber, el bandido se llevó el vaso y no fue hasta la próxima comida que no recibió otro. Pero si bien, sentía hambre, no iba a pedir comida, se aguantaría más tiempo pura y exclusivamente con agua que total, eso solo ya la estaba ayudando a mejorar al menos un poco su estado.
Aquellos dos habían llegado excesivamente rápido y les había quedado bastante tiempo de sobra para hacer lo que se les antojase. Se había provisto bien de comida, tenían una habitación reservada en una buena posada y los estómagos bien llenos. Pero Datsue no contaba con una cosa de la que no se enteró hasta soltar aquella pregunta.
—Esperaremos —afirmó sin dudarlo ni un instante—. Me jode admitirlo pero lo mío no son las peleas —afirmó algo frustrada.
Si algo distinto tenía ella de los demás Sakamoto —además de cabello celeste que por lo visto era natural— era la falta de espadas. Ella no llevaba consigo una cantidad ridícula de espadas y con suerte tenía dos kodachis amarradas a la cintura formando una cruz, sin mencionar que su estado físico era, a simple vista, muy similar al de Noemi en su época de kunoichi, es decir, no tiene músculos marcados, incluso Koko está más marcada que ella.
—Así que dudo mucho que podamos con esos dos que mencionaste y más si tenemos que cuidar que no pase nada a mi hermana.
Tras aquella afirmación, Nagisa se puso de pie, se estiró un poco más y se retiró rumbo a la habitación que, de nuevo, compartía con el Uchiha. Tampoco podía darse el lujo de ir derrochando dinero cuando una buena suma tenía que invertirla en ”comprar” a su hermana.