20/01/2018, 23:02
Datsue emitió un suspiro apesadumbrado, o al menos pretendió que lo pareciera, cuando Nagisa le ordenó quedarse atrás. Internamente, sin embargo, no pudo evitar sentir una breve sensación de alivio. Encararse nuevamente con aquellos hombres no era lo que, precisamente, le apetecía hacer. Además, ya había hecho todo lo posible por ayudar a Koko. Mucho más de lo que cualquiera —y él mismo— se hubiese imaginado, teniendo en cuenta que la mayoría de las veces se llevaban a matar. Además, dejarse ver por Zaide, cuando él había pedido expresamente que la Chūnin fuese sola, tan solo complicaría las cosas.
No, aquello era lo mejor, para todos.
—De acuerdo —dijo—. Aunque podría sellarte el Sello Brújula en una mano, así sabrás siempre en qué dirección se encuentra Koko, por si pasa algo… —Los Dioses no lo quisiesen, pero, ¿cuál era el porcentaje de rescates que terminaban bien? El Uchiha no lo sabía, pero apostaba a que era bajo.
Y, hablando de apuestas, eran imaginaciones suyas o…
… ¿¡Nagisa estaba desnuda bajo las sábanas!? La Chunin acababa de ponerse sobre él, y aunque por pudor y vergüenza no se atrevía a bajar la mirada, esas cosas se notaban. Rojo como un tomate, no pudo creerse las palabras que llegarían a continuación:
—Estas cosas suelen estresarme y necesito estar lo más relajada posible, ¿te apetece ayudarme un poco?
—¿Ehm…? —¿Estaba pidiéndole lo que creía estaba pidiéndole?—. Pues… esto… —El rostro cada vez más cerca de Nagisa así se lo decía—. Yo…
¿Qué podía hacer? ¿Cómo negarse a ayudar a una compañera? ¿Cómo decir no a la petición de una superior? «N-no puedo negarme. Imposible. No, no. Habrá que hacerlo y ya está… Como diría Akame, hay que ser un profesional...»
Fue el deber más fácil de cumplir por Uchiha Datsue en toda su existencia.
Al día siguiente, cuando Koko fue liberada del Nunoshibari no Jutsu, despertó en lo que parecía ser una pequeña cabaña. Seguía esposada, pero allí obtuvo ciertas comodidades. Lo primero, pudo darse su ansiada ducha. El cuarto de baño, pequeño y antiguo, le dio la intimidad deseada. Luego, Zaide le dio ropa limpia, aunque se notaba a leguas que era vieja y estaba gastada, muy gastada, y que habían pertenecido a una mujer de campo: la zona de las rodillas y el bajo del pantalón habían adquirido un tono verduzco, tan característico de mancharse una y otra vez con la hierba.
Lo segundo, fue un colchón sobre el que descansar. Aquella pequeña cabaña tenía dos habitaciones: una, la de matrimonio; y una segunda en la que parecían haber vivido dos críos, mucho tiempo atrás. Ella se encontraba en la segunda. Si sentía curiosidad, quizá podría husmear en los cajones; en la estantería que había entre las dos camas, y en la foto que había sobre ella; y en el armario lateral. Zaide estaba tumbado boca arriba en la otra cama de la misma habitación, con los ojos cerrados y aparentemente dormido. Quizá, incluso podría intentar escapar.
Si miraba por la ventana, vería que se encontraba en lo alto de una montaña, muy lejos de las profundidades de los cañones en la que había sido secuestrada. Allí, la nieve lo inundaba todo con un blanco cegador, brillante, regalando a la kunoichi unas vistas de ensueño. Aquello, era la tercera ventaja de haberse mudado. Ahora, al fin, había huido de la penumbra y podía ver a más de dos palmos de ella.
No, aquello era lo mejor, para todos.
—De acuerdo —dijo—. Aunque podría sellarte el Sello Brújula en una mano, así sabrás siempre en qué dirección se encuentra Koko, por si pasa algo… —Los Dioses no lo quisiesen, pero, ¿cuál era el porcentaje de rescates que terminaban bien? El Uchiha no lo sabía, pero apostaba a que era bajo.
Y, hablando de apuestas, eran imaginaciones suyas o…
… ¿¡Nagisa estaba desnuda bajo las sábanas!? La Chunin acababa de ponerse sobre él, y aunque por pudor y vergüenza no se atrevía a bajar la mirada, esas cosas se notaban. Rojo como un tomate, no pudo creerse las palabras que llegarían a continuación:
—Estas cosas suelen estresarme y necesito estar lo más relajada posible, ¿te apetece ayudarme un poco?
—¿Ehm…? —¿Estaba pidiéndole lo que creía estaba pidiéndole?—. Pues… esto… —El rostro cada vez más cerca de Nagisa así se lo decía—. Yo…
¿Qué podía hacer? ¿Cómo negarse a ayudar a una compañera? ¿Cómo decir no a la petición de una superior? «N-no puedo negarme. Imposible. No, no. Habrá que hacerlo y ya está… Como diría Akame, hay que ser un profesional...»
Fue el deber más fácil de cumplir por Uchiha Datsue en toda su existencia.
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Un día después...
Al día siguiente, cuando Koko fue liberada del Nunoshibari no Jutsu, despertó en lo que parecía ser una pequeña cabaña. Seguía esposada, pero allí obtuvo ciertas comodidades. Lo primero, pudo darse su ansiada ducha. El cuarto de baño, pequeño y antiguo, le dio la intimidad deseada. Luego, Zaide le dio ropa limpia, aunque se notaba a leguas que era vieja y estaba gastada, muy gastada, y que habían pertenecido a una mujer de campo: la zona de las rodillas y el bajo del pantalón habían adquirido un tono verduzco, tan característico de mancharse una y otra vez con la hierba.
Lo segundo, fue un colchón sobre el que descansar. Aquella pequeña cabaña tenía dos habitaciones: una, la de matrimonio; y una segunda en la que parecían haber vivido dos críos, mucho tiempo atrás. Ella se encontraba en la segunda. Si sentía curiosidad, quizá podría husmear en los cajones; en la estantería que había entre las dos camas, y en la foto que había sobre ella; y en el armario lateral. Zaide estaba tumbado boca arriba en la otra cama de la misma habitación, con los ojos cerrados y aparentemente dormido. Quizá, incluso podría intentar escapar.
Si miraba por la ventana, vería que se encontraba en lo alto de una montaña, muy lejos de las profundidades de los cañones en la que había sido secuestrada. Allí, la nieve lo inundaba todo con un blanco cegador, brillante, regalando a la kunoichi unas vistas de ensueño. Aquello, era la tercera ventaja de haberse mudado. Ahora, al fin, había huido de la penumbra y podía ver a más de dos palmos de ella.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado