21/01/2018, 03:02
Al principio pareció que el bandido buscaba ofenderla, pero pronto comprendió que no era el caso y en realidad lo que sentía era algo muy distinto, era pena real y no una frase tirada para molestar. Motivo por el que la pecosa alzó levemente la mirada para ver al contrario.
A diferencia de las otras veces, ahora Koko le estaba escuchando con mucha atención, cada frase que soltaba y cómo entonaba dejaba en claro que no estaba bromeando, al menos para la Kageyama era así, tal vez estaba fingiendo tan bien que ella ni se enteraba pero por lo menos, en cuanto terminó, la chica suspiró pesadamente.
—Era una criada, tenía que limpiarle el culo a quien sea que me mande sin protestar —afirmó, con tono neutro y volviendo la mirada a la ventana—. Lo más jodido fue que mi hermana melliza tuvo mucha más libertad, era una de las más importantes mientras que yo me tenía que mantener detrás suyo lamiéndole los pies para evitar castigos. ¿Sabes por qué? —hizo una pequeña pausa para mirar a Zaide, aunque no le dejó tiempo para que respondiera—. Por mis pecas —añadió, con una ligera sonrisa de medio lado—. Porque nací con pecas pasé a ser una mierda a la que pisoteaban y no podía hacer otra cosa que limpiarle el culo a los demás, fue una putada de principio a fin pero por suerte, Hideo, el tipo al que decías de matar, me ayudó a zafarme de todo eso.
—Vengo tragando mierda desde que nací, me pisotean y escupen desde que tengo memoria —aquello sería lo último que diría. Tras ello simplemente volvió a su posición para mirar cómodamente por la ventana aunque su mirada se notaba algo distinta, parecía algo irritada en comparación con momentos atrás.
A diferencia de las otras veces, ahora Koko le estaba escuchando con mucha atención, cada frase que soltaba y cómo entonaba dejaba en claro que no estaba bromeando, al menos para la Kageyama era así, tal vez estaba fingiendo tan bien que ella ni se enteraba pero por lo menos, en cuanto terminó, la chica suspiró pesadamente.
—Era una criada, tenía que limpiarle el culo a quien sea que me mande sin protestar —afirmó, con tono neutro y volviendo la mirada a la ventana—. Lo más jodido fue que mi hermana melliza tuvo mucha más libertad, era una de las más importantes mientras que yo me tenía que mantener detrás suyo lamiéndole los pies para evitar castigos. ¿Sabes por qué? —hizo una pequeña pausa para mirar a Zaide, aunque no le dejó tiempo para que respondiera—. Por mis pecas —añadió, con una ligera sonrisa de medio lado—. Porque nací con pecas pasé a ser una mierda a la que pisoteaban y no podía hacer otra cosa que limpiarle el culo a los demás, fue una putada de principio a fin pero por suerte, Hideo, el tipo al que decías de matar, me ayudó a zafarme de todo eso.
—Vengo tragando mierda desde que nací, me pisotean y escupen desde que tengo memoria —aquello sería lo último que diría. Tras ello simplemente volvió a su posición para mirar cómodamente por la ventana aunque su mirada se notaba algo distinta, parecía algo irritada en comparación con momentos atrás.