22/01/2018, 21:02
La aptitud del rapaz para llevarse líquido alcohólico al gaznate sorprendió al Uchiha a pesar de que él no era precisamente extraño a la bebida. Observó su hazaña con una divertida sonrisa en sus facciones, honestamente impresionado.
—¡Wow! ¡Eres un bebedor nato! —le animó el kusajin entre que le pegaba tragos a su propio brebaje.
A decir verdad, aquella cerveza no estaba nada mal. Fuerte, con carácter, pero gozaba de un toque dulzón que deleitaba a Ralexion.
Su acompañante dedicó a todo el que fuese capaz de oirle una expresión de lo más malsonante respecto a la cerveza. Estampó la jarra contra la barra, como todo buen parroquiano que le da el finiquito a una ronda de bebida. Era increíble que todavía fuese capaz de mantenerse en pie; perdió el equilibrio y necesitó de apoyarse contra el kusajin para no darse de bruces contra el suelo, logrando que gran parte de la cerveza del referido se fuese al suelo en el proceso. Ralexion arrugó la nariz al ser consciente del mal aliento del mozo, pero puso todo su empeño en asistirle en su crítica tarea de no autoproducirse un traumatismo craneal allí mismo. Lo que hiciese falta en pos de cumplir con el plan.
Poco después le reveló al pelinegro que su nombre era Kurosaki Nue, el "mercenario más cabrón y sanguinario del país". «Sí, ya...», se dijo en su fuero interno, asqueado, a pesar de que de puertas hacia fuera seguía sonriente y con actitud fiestera.
—¡Un placer, mi bueeeeeeeen compadre! —le dio varias palmaditas en la espalda, riendo— ¡Entonces estoy seguro de que tienes muy buenas historias que contar!
Aprovechó el intermedio para lanzarle una furtiva mirada a Akame. El Uchiha captó sin problemas el mensaje de su pariente.
—¡Otra ronda por aquí para mí y el gran Kurosaki-san! —exclamó, queriendo formar parte del jolgorio generalizado de la taberna.
Se apresuró a acabar con lo que aún quedaba en su propio vaso. Mas a su vez debía de ser consciente de que si bebía mucho y muy rápido lo lamentaría más tarde... no podía permitir que su juicio se viese nublado.
Dejó descansar la vasija sobre la madera.
—¡Wow! ¡Eres un bebedor nato! —le animó el kusajin entre que le pegaba tragos a su propio brebaje.
A decir verdad, aquella cerveza no estaba nada mal. Fuerte, con carácter, pero gozaba de un toque dulzón que deleitaba a Ralexion.
Su acompañante dedicó a todo el que fuese capaz de oirle una expresión de lo más malsonante respecto a la cerveza. Estampó la jarra contra la barra, como todo buen parroquiano que le da el finiquito a una ronda de bebida. Era increíble que todavía fuese capaz de mantenerse en pie; perdió el equilibrio y necesitó de apoyarse contra el kusajin para no darse de bruces contra el suelo, logrando que gran parte de la cerveza del referido se fuese al suelo en el proceso. Ralexion arrugó la nariz al ser consciente del mal aliento del mozo, pero puso todo su empeño en asistirle en su crítica tarea de no autoproducirse un traumatismo craneal allí mismo. Lo que hiciese falta en pos de cumplir con el plan.
Poco después le reveló al pelinegro que su nombre era Kurosaki Nue, el "mercenario más cabrón y sanguinario del país". «Sí, ya...», se dijo en su fuero interno, asqueado, a pesar de que de puertas hacia fuera seguía sonriente y con actitud fiestera.
—¡Un placer, mi bueeeeeeeen compadre! —le dio varias palmaditas en la espalda, riendo— ¡Entonces estoy seguro de que tienes muy buenas historias que contar!
Aprovechó el intermedio para lanzarle una furtiva mirada a Akame. El Uchiha captó sin problemas el mensaje de su pariente.
—¡Otra ronda por aquí para mí y el gran Kurosaki-san! —exclamó, queriendo formar parte del jolgorio generalizado de la taberna.
Se apresuró a acabar con lo que aún quedaba en su propio vaso. Mas a su vez debía de ser consciente de que si bebía mucho y muy rápido lo lamentaría más tarde... no podía permitir que su juicio se viese nublado.
Dejó descansar la vasija sobre la madera.