23/01/2018, 21:21
Seamos sinceros para romper el hielo. Tengo muchas virtudes, muchas, muchas, demasiadas dirían algunas mujeres, pero de entre todas ellas, el ser madrugador no está incluido. ¿Por qué? Porque madrugar es para engendros demoníacos y autónomos. Entonces, ¿qué hacía yo de camino a Inaka antes de que siquiera hubiese amanecido? Ni perra idea.
— Recuerdame por qué estamos yendo a Inaka en plena madrugada. Por hablar de algo.
Un par de ladridos fueron toda la respuesta del can, al que se le iluminó el ojo al ver una enorme duna delante suyo. La subió apresuradamente, aprovechando que la arena aún estaba fresquita de la noche y después se tiró por el otro lado, rodando como una croqueta perruna y revolcándose como un cerdo en un charco de barro. Despues se tiraba cinco minutos estornudando, pero satisfecho.
— Que el viejo ese dijese que se escuchaban ladridos solo significa que hay gente con perros por mascota, no tienes porque unirte a su serenata nocturna.
Ladrido, estornudo y ladrido. Seguro que en morsé significa "Soy un perro tuerto".
— La última vez que te dejo elegir a donde vamos.
En el fondo no era todo culpa suya. Pero eso no tenía porque saberlo nadie. Cuando mis padres se enteraron de que me había pasado casi todo el tiempo en el mismo sitio en vez de usar esos meses viajando de un lado a otro, bueno, aquí estaba, ¿no?
Ya empezaba a amanecer cuando vi a lo lejos una enorme piedra que desentonaba mucho con el paisaje arenoso. Debíamos de estar a medio camino entre el Oasis y la ciudad, en cuanto llegase me iba a quedar frito en la primera sombra que viera.
— Recuerdame por qué estamos yendo a Inaka en plena madrugada. Por hablar de algo.
Un par de ladridos fueron toda la respuesta del can, al que se le iluminó el ojo al ver una enorme duna delante suyo. La subió apresuradamente, aprovechando que la arena aún estaba fresquita de la noche y después se tiró por el otro lado, rodando como una croqueta perruna y revolcándose como un cerdo en un charco de barro. Despues se tiraba cinco minutos estornudando, pero satisfecho.
— Que el viejo ese dijese que se escuchaban ladridos solo significa que hay gente con perros por mascota, no tienes porque unirte a su serenata nocturna.
Ladrido, estornudo y ladrido. Seguro que en morsé significa "Soy un perro tuerto".
— La última vez que te dejo elegir a donde vamos.
En el fondo no era todo culpa suya. Pero eso no tenía porque saberlo nadie. Cuando mis padres se enteraron de que me había pasado casi todo el tiempo en el mismo sitio en vez de usar esos meses viajando de un lado a otro, bueno, aquí estaba, ¿no?
Ya empezaba a amanecer cuando vi a lo lejos una enorme piedra que desentonaba mucho con el paisaje arenoso. Debíamos de estar a medio camino entre el Oasis y la ciudad, en cuanto llegase me iba a quedar frito en la primera sombra que viera.
—Nabi—