23/01/2018, 23:18
El aire frío de la noche tane-shigeña golpeó en el rostro a los dos genin cuando salieron de la taberna, dejando atrás el jolgorio y alboroto del interior para ser bienvenidos por la oscuridad de aquella plataforma particularmente poco iluminada. Akame intuyó a su lado la silueta de Ralexion y ni siquiera se molestó en indicarle que le siguiera; sabía que el kusajin lo haría.
El del Remolino dobló la esquina izquierda —si es que un edificio esférico podía tener esquinas— en dirección a un recoveco de la plataforma que bien podría llamarse callejón. Allí, a media docena de metros de ellos, estaba el objetivo. Nue meaba apoyado sobre la pared curva de la taberna, al amparo de las sombras, mientras se tambaleaba ligeramente. Akame podía oler el alcohol que despedía aquel chico desde allí. Estaba ebrio y solo. «El cazador, cazado». No tenía escapatoria.
Con unos rápidos y silenciosos pasos, el Uchiha se aproximó a su víctima. Éste sólo lo advirtió cuando ya fue demasiado tarde.
—¿Eh? ¿Qué cojjjones hac...?
CLONK.
El cuerpo inerte de Nue se precipitó al suelo después de recibir el tremendo impacto de una anilla de hierro negro en toda la nuca. Akame lo sujetó pasándole ambos brazos por debajo de los hombros, aun sin soltar el kunai oculto que había sacado de su manga derecha, para evitar que el joven mercenario se diese de bruces contra el suelo.
—Vamos, Ralexion-san. Hay que llevar al objetivo a un lugar seguro.
Akame no iba a poder cargar con el cuerpo inconsciente de un muchacho mayor que él por sí mismo, de modo que esperaba que su pariente fuese tan amable como para echarle un cable con eso.
El del Remolino dobló la esquina izquierda —si es que un edificio esférico podía tener esquinas— en dirección a un recoveco de la plataforma que bien podría llamarse callejón. Allí, a media docena de metros de ellos, estaba el objetivo. Nue meaba apoyado sobre la pared curva de la taberna, al amparo de las sombras, mientras se tambaleaba ligeramente. Akame podía oler el alcohol que despedía aquel chico desde allí. Estaba ebrio y solo. «El cazador, cazado». No tenía escapatoria.
Con unos rápidos y silenciosos pasos, el Uchiha se aproximó a su víctima. Éste sólo lo advirtió cuando ya fue demasiado tarde.
—¿Eh? ¿Qué cojjjones hac...?
CLONK.
El cuerpo inerte de Nue se precipitó al suelo después de recibir el tremendo impacto de una anilla de hierro negro en toda la nuca. Akame lo sujetó pasándole ambos brazos por debajo de los hombros, aun sin soltar el kunai oculto que había sacado de su manga derecha, para evitar que el joven mercenario se diese de bruces contra el suelo.
—Vamos, Ralexion-san. Hay que llevar al objetivo a un lugar seguro.
Akame no iba a poder cargar con el cuerpo inconsciente de un muchacho mayor que él por sí mismo, de modo que esperaba que su pariente fuese tan amable como para echarle un cable con eso.