23/01/2018, 23:44
Ralexion se reunió con su acompañante ya en el exterior del local. El kusajin se limitó a seguir los movimientos del escuálido habitante de Uzugakure, autorelegándose al papel de mero espectador en lo que ocurriría poco después. La pareja de shinobis acechó al mozalbete soldado de fortuna y este finalmente se llevó un buen golpetazo —cortesía de Akame— que le arrebató el sentido.
Ahora tocaba cargar con él hasta un lugar seguro donde, imaginaba el genin, lo interrogarían sobre su jefe y el resto de la operación. Con una velocidad adecuada el pelinegro se colocó en el flanco disponible del borracho inconsciente y auxilió al otro en su tarea de alzarlo.
—Hey, Akame-san, ¿no crees que deberíamos de ponerle los pantalones en su sitio?
La luz del callejón era más bien escasa y el muchacho no se atrevía a mirar, pero teniendo en cuenta la tarea de la que Nue se estaba ocupando instantes antes de su inesperado "desliz", Ralexion se hacía una buena idea de lo que encontraría en caso de que hiciese descender su campo de visión.
Ahora tocaba cargar con él hasta un lugar seguro donde, imaginaba el genin, lo interrogarían sobre su jefe y el resto de la operación. Con una velocidad adecuada el pelinegro se colocó en el flanco disponible del borracho inconsciente y auxilió al otro en su tarea de alzarlo.
—Hey, Akame-san, ¿no crees que deberíamos de ponerle los pantalones en su sitio?
La luz del callejón era más bien escasa y el muchacho no se atrevía a mirar, pero teniendo en cuenta la tarea de la que Nue se estaba ocupando instantes antes de su inesperado "desliz", Ralexion se hacía una buena idea de lo que encontraría en caso de que hiciese descender su campo de visión.