24/01/2018, 18:25
(Última modificación: 24/01/2018, 18:26 por Uchiha Akame.)
Mientras Ritsuko —esta vez sí— se esforzaba claramente por tomar el paño, mojarlo en agua y empezar a limpiar las tejas del santuario, Ralexion conversaba con el aflijido campesino. La kunoichi se empleó a fondo en limpiar las tejas y gracias a su ímpetu no tardó tanto como había previsto. La parte de dentro —el cubículo de ofrendas vacío— no le supondría ni la mitad de tiempo. Probablemente en cinco minutos más habría terminado, y podrían pasar al siguiente santuario.
Ante las palabras del Uchiha, el hombre le miró con palpable confusión.
—¿Vándaloh? ¿Qué vándaloh? —parecía evidente que aquel tipo no tenía ni idea de lo que había estado ocurriendo con los santuarios—. ¡Yo te ehtoy hablando de mih ofrendah, mozo! —replicó—. ¿Cómo voy a poné otrah, si no tengo ni pá coméh? ¡Ay, zeñó, ay, zeguro que ezoh vándaloh ze han llevaoh mih ofrendah!
Rompió a llorar de forma lastimera mientras seguía emitiendo aquellas quejas a su mala suerte y el poco favor que le brindaban los dioses.
—¿Cómo, zeñó, cómo voy a alimentah a mis chiquilloh, zi no puedo trabajah? ¡Ay!
Ante las palabras del Uchiha, el hombre le miró con palpable confusión.
—¿Vándaloh? ¿Qué vándaloh? —parecía evidente que aquel tipo no tenía ni idea de lo que había estado ocurriendo con los santuarios—. ¡Yo te ehtoy hablando de mih ofrendah, mozo! —replicó—. ¿Cómo voy a poné otrah, si no tengo ni pá coméh? ¡Ay, zeñó, ay, zeguro que ezoh vándaloh ze han llevaoh mih ofrendah!
Rompió a llorar de forma lastimera mientras seguía emitiendo aquellas quejas a su mala suerte y el poco favor que le brindaban los dioses.
—¿Cómo, zeñó, cómo voy a alimentah a mis chiquilloh, zi no puedo trabajah? ¡Ay!