25/01/2018, 23:21
Día 24 de Bienvenida, Primavera. Año 218.
Decir que habían sido unos días interesantes habría un flagrante eufenismo.
Ralexion había sido seleccionado para una misión de reconocimiento conjunta con la villa de Amegakure. La misión era de baja prioridad y bajo riesgo, motivo por el que todos los implicados para llevarla a cabo eran genins. A pesar de todo ello se esperaba excelencia por parte de los ninjas, claro está.
Para el kusajin no era tontería; no solo porque era un encargo que se salía de la monotonía que solía plagar a los genins inexperimentados y sus misiones de rango D, si no también porque todo ello le hacía pensar que sus superiores comenzaban a verlo como uno más de las filas, algo que tranquilizaba al Uchiha.
Se le llevó a un despacho del edificio del Morikage en el que un jōnin de aspecto intelectual le impartió una sesión informativa al muchacho.
—Bien, Uchiha-san, escucha con atención: hablamos de una misión de reconocimiento. Esto quiere decir que en ningún momento debes establecer contacto con el objetivo, especialmente para llevar a cabo algún tipo de acción hostil sobre él, la única excepción permitida es la defensa propia. En caso de que sea completa y absolutamente necesario, en caso de peligro real para ti o tus compareños, puedes emprender las acciones necesarias para preservar tu vida o las ajenas.
—Sé lo que es una misión de reconocimiento, gracias... —indicó arrugando los morros y cruzando los brazos— He tenido la formación necesaria, como cualquier otro ninja de la aldea.
La expresión del jōnin no cambió.
—Ya veo. Quería asegurarme, teniendo en cuenta tu situación tan... excepcional. Visto lo visto pasaré a dar las instrucciones pertinentes sin más preámbulos...
»Como ya se te ha informado, está será una misión conjunta con Amegakure no Sato. Esperamos que des una impresión de Kusagakure impecable. Servirás de apoyo para los operativos de Ame, ellos serán dos, mientras que tú irás en solitario. Esta operación es de mayor interés para Ame, pero Kusa también desea localizar al objetivo, ergo, requerimos de tu intervención.
El hombre produjo del interior de su chaleco varios pergaminos que dejó reposar sobre la mesa. Uno tras otro los fue desenrollando, revelando documentos que contenían información crítica sobre la misión.
—Este es el objetivo: Mokosaki Hebimaru, 17 años —señaló a una de las fotografías de los documentos, en ella se podía observar el rostro de un hombre calvo y lampiño de facciones afiladas que mantenía una sonrisa desafiante—. Se trata de un ninja exiliado de Amegakure, un fugitivo. Tras huir de su aldea ha provocado algunos problemas en el País del Bosque. Dispone de un Kekkei Genkai único que le permite realizar técnicas que crean materia orgánica, similar al Mokuton, pero en su caso hablamos de una materia similar a carne. Amegakure no nos ha aportado mayores detalles sobre sus capacidades, pero asegura que su habilidad de combate era, en el momento de su escapada, bien reducida. Así mismo, su perfil psicológico nos indica que es una persona impulsiva, temperamental, que sufre de un fuerte rechazo hacia la autoridad. No debería de ser un problema a nivel estratégico en caso de que te veas obligado a enfrentarlo; si lo provocas se expondrá con facilidad. Utiliza tu Sharingan para predecir y contrarrestar sus técnicas. Todo esto, por supuesto, en caso de que una confrontación resultase inevitable.
Ralexion le echó un largo y tendido vistazo, memorizando su aspecto.
—Se ha avistado recientemente al objetivo en una ciudad del Paraje sin Sol llamada Takemikazuchi. La llaman "la ciudad que nunca duerme". Es bien notoria por dos cosas: ser de las pocas que ha sido hasta la fecha erigida en esa zona tan árida, además de ser un agujero de mala muerte habitado por toda la escoria del mundo. Drogas, prostitución, juego, mercancías ilícitas... encontrarás lo mencionado y mucho más allí. Es el escondite perfecto para Mokosaki.
El jōnin acercó al pelinegro un mapa.
—Como puedes ver, es una ciudad de un tamaño relativamente medio, lo que dificultará la búsqueda. Una vez estés sobre el terreno deberás de coordinarte con tus compañeros de Amegakure para trazar un plan de acción adecuado que os permita peinar toda la zona. Así mismo, es aconsejable que asumáis algún tipo de tapadera acorde con los ambientes de la ciudad, os facilitará la inserción. Esto lo dejamos en tus manos, Uchiha-san. Deberás de adaptarte adecuadamente a la circunstancias de un lugar así.
El monologuista se aclaró la voz de manera autoritaria.
—Los objetivos de la misión son los siguientes: desplazarse hasta Takemikazuchi de incógnito y determinar si Mokosaki Hebimaru está o ha estado recientemente en la ciudad, a ser posible, sin alertar al objetivo de tu presencia o la de tus compañeros. No debes, repito, no debes tratar de apresar al objetivo por ti mismo. Una vez tu informe nos permita determinar que el exiliado está en la zona, un equipo de especialistas en colaboración con Amegakure se ocuparán de su rastreo y consiguiente arresto. En caso de que tus compañeros traten de romper estos preceptos tendrás que, en la medida de lo posible, impedírselo, priorizando la misión; estás autorizado a utilizar la fuerza si lo necesitas. Dada la naturaleza de la misión deberás de vestir con ropas de civil y no portar nada que te identifique como shinobi de Kusagakure, pero sí se te permitirá llevar estos documentos informativos así como armas ocultas. ¿Alguna pregunta?
Ralexion se quedó con los ojos cerrados durante unos momentos. Acto seguido los abrió.
—No.
—Perfecto. Te deseo buena suerte, Uchiha-san.
***
Se podía observar la figura de Uchiha Ralexion, en pie y cruzada de brazos, al borde de una colina de cierta altura desde la que se podía observar la totalidad de Takemikazuchi. Era el punto de encuentro para los participantes de la misión. El Uchiha imaginaba que sus compañeros habrían recibido una sesión informativa similar a la suya propia.
Vestía con una camiseta de tirantes de color rosado, por encima de esta una chaquetilla grisácea de cuello alto —que portaba todas sus armas y herramientas ocultas en distintos compartimentos secretos, así como los documentos pertinentes—, unos pantalones cortos azul marino y finalmente unas sandalias de madera. No portaba consigo ningún tipo de mochila ni provisiones, dada la relativa proximidad del paraje con su aldea. En cualquiera de los casos podía hacerse con comida o bebida en el propio teatro de operaciones, la ciudad.
Sobre la ya mencionada podía decirse, desde aquella distancia, que su contaminación lumínica era excepcional. Era el Paraje sin Sol, pero todo el área colindante se veía iluminada hasta la saciedad. Se podían observar edificios fabricados tanto en madera como en metal, gozosos de todo tipo de carteles de neón. Takemikazuchi parecía excepcionalmente moderna, un espectáculo de sonidos y luces que invitaban a pecar a todos sus viandantes.
El joven quedó pensativo, atento a sonidos que indicasen la proximidad de otros humanos a la par que su campo de visión danzaba por lo que podía apreciar de las calles desde allí.