El rastro de la Konoha perdida

[Sasagani Yota]

*Menos mal, empezaba a pensar que me había metido en la boca del lobo..*

Me relajé un poco, dejando mi trenza tranquila, dejándola caer por delante del hombro y recuperando aquella sonrisa natural. La mano diestra fue en busca del bolsillo en el cual reposaban mis caramelos. Los había de fresa, limón y naranja. No eran los únicos que me gustaban, claro que no, pero es que necesitaría un portaobjetos únicamente para todos los caramelos que me gustaban, un portaobjetos pero de los grandes, de esos que se atan a la cintura y son como las bolsas de dinero. en aquella ocasión sustraje uno de los de naranja y me lo llevé a la boca haciendo que el poder de aquel cítrico estimulase mi paladar.

-¿Una expedición dices? ¿Te refieres a una especie de misión?- Pregunté, ciertamente muerto de curiosidad

-¡Oh! ¿Quieres uno?-

Obviamente hacia referencia a los caramelos.

*Lo cierto es que si voy, mamá se va a cabrear.*

Pero me moría de ganas de irme de aventuras con Jurete