26/01/2018, 04:35
—Ohhh Kaaageeeetsuuuunaaaa~
El Senju se había quedado dormido frente a la televisión, con un hilo de baba cayendo por su mejilla. Obviamente, no escuchó palabra alguna de lo que le decían, hasta que una cubeta de cubitos de hielo le cayó en la cara. Se levantó a toda velocidad, sentándose en el sofá, y cuando descubrió lo que acababan de hacerle le gruñó a Kagekatsu.
—¡Funcionó! Tu hermana tenía razón, esto es muy efectivo para despertarte, lo aplicaré siempre de ahora en adelante— Rió a carcajadas mientras tiraba la cubeta a un lado.
—Estás a verga si crees que voy a recoger esto— exclamó mientras se quitaba los cubos de hielo de encima. —¿Y ahora que pisados quieres?— Se cruzó de brazos.
—Verás, hijo.— se sentó a su lado, mientras pasaba su brazo por detrás de su nuca para acercarlo a él, obligando a ambos a recostarse en el mueble. —¡Te me vas a una expedición de reconocimiento!— Con su mano libre le puyó tres veces en el esternón. —Aproveché mis contactos para que te tomaran en cuenta, además será realizada en conjunto con Kusagakure, ¿genial eh?— rió para luego darle tres palmadas en el hombro.
—¿EN QUÉ CLASE DE ENCARGO ME METISTE?— Estaba con el ojo bien abierto, mientras su boca se quedó entreabierta.
—Pues te me vas a intentar localizar a un ninja renegado, el cuál tiene un Kekkei Genkai especial que permite crear materia sólida de alguna manera. Sin embargo se sabe que es un inútil para pelear igual que tú, por lo que en caso de que debas confrontarlo no te abrirán mucho el ano. Ah, sí, vas en compañía de alguien más de la villa junto a otro shinobi de la Aldea Escondida de la Hierba.
—¿No se suponía que íbamos a tener un tercer viaje de entrenamiento antes de realizar misiones? Además creo que no tengo nada que aportar a algo cómo esto—. suspiró mientras desviaba la mirada a otro lado, tenía un mal presentimiento.
—No seas pesimista, sólo debes descubrir si un tal Mokosaki Hebimaru aún está en una ciudad llamada Takemikazuchi. Dicen que el lugar es cómo una mezcla del barrio bajo de Shinogi-To con el Distrito Comercial de Amegakure, ¿a que no es entretenido?
—Claaaro— rodó su único ojo.
—La cosa es simple. Tu grupo debe ir nomas a espiar, una vez consigas la confirmación de su presencia se enviará otro equipo a realizar el arresto— En ese momento algo pareció incomodarle, por lo que se rascó la barbilla, aunque luego regresó la vista al genin. —Hay un talego más de instrucciones que darte pero creo que sería redundante, así que te lo resumiré en tres palabras: No la cagues.
El joven Isa quería decir algo, pero se vió interrumpido cuando la puerta de abrió de repente, dejando ver a cierta muchacha en silla de ruedas entrar con una gran sonrisa en el rostro.
—¡Muy bien!— dijo alegre —Debes aparentar ser alguien totalmente diferente, y ya tengo pensado el look que vas a llevar.
—¿Para qué es ese cepillo?
—¡Estás por descubrirlo!
"Me lleva la que me trajo." Caminaba molesto, o... ¿Molesta?
Si señores. Esta vez, Hangaku había hecho un trabajo majestuoso para dejarlo irreconocible. No había rastros de tinte violeta ni de los kogai. En su lugar su cabello se encontraba libre, mostrando ondulaciones en el mismo, llegándole hasta los hombros. Un nuevo diseño de kanzashi plateado con forma de rosa adornaba el costado derecho de su peinado. No había rastros de su clásico parche, sino que buena parte del costado derecho de su rostro estaba cubierto por vendajes blancos. ¡Incluso le pegaron pestañas postizas! Pero no llevaba más maquillaje que el delineador para que luciera más natural.
En el caso de su vestimenta, llevaba un haori de color blanco y detalles dorados en las mangas. Además, un hakama femenino de color morado del mismo tono que su cabello, sujetado con un obi color blanco. Para rematar, utilizaba botas de tobillo alto, pero con tacón bajo. Era por aquello de la movilidad, más que nada, pero no dejaban de ser femeninas por su estilo en punta. "Algún día me vengaré, me vengaré, me vengaré...." Maldecía.
Obviamente no llevaba la bandana de su aldea, pero al menos se trajo la mayor cantidad de equipo posible. Por motivos de seguridad, selló sus armas de manera diferente a la que acostumbraba. Un kunai en cada muñeca, ocultos bajo las mangas. La bomba sonora en la lengua, mientras cargaba un pergamino vacío escondido en el obi. Dudó de dónde colocar sus katanas, pero al final optó por dejar a Dragón Negro en casa mientras llevaba la uchigatana sellada en la parte externa de su brazo izquierdo. Cómo detalle extra, llevaba un paraguas tradicional, además de un abanico de tela con motivos de dragones y nubes.
"Ay no." Estaba por llegar al punto de encuentro indicado en el mapa, siendo que alguien más ya se encontraba en el lugar. "Oh por Ame No Kami". En esos momentos deseaba poseer el doton para hacer que la tierra se lo tragase, pues se moría de la vergüenza. Tenía algo de rubor en las mejillas y no era por obra de polvos. "Que me parta un mal rayo".
Tomó toda la fuerza de voluntad que tenía para acercarse al chico, aunque se le hizo raro que este no llevase mayor equipaje. "Bueno, yo llevo todo guardado en el pergamino." Quizás el otro había hecho algo similar. Sin embargo, al acercarse, no tenía la menor idea de cómo presentarse.
Simplemente tragó saliva y... —Ho...¿la?— Quería probar que tan convincente sonaba su voz al fingir un tono agudo. Si bien podría usar el Rire Tori no Uta para que fuera más fácil, gracias a su retraso de desarrollo aún no tenía una voz demasiado grave (ni tampoco una altura muy notoria). Primera vez en su vida que ser un enano imberbe le traía provecho. —...— No pudo decir nada más, estaba jodidamente azareado por estar vestido de niña.
El Senju se había quedado dormido frente a la televisión, con un hilo de baba cayendo por su mejilla. Obviamente, no escuchó palabra alguna de lo que le decían, hasta que una cubeta de cubitos de hielo le cayó en la cara. Se levantó a toda velocidad, sentándose en el sofá, y cuando descubrió lo que acababan de hacerle le gruñó a Kagekatsu.
—¡Funcionó! Tu hermana tenía razón, esto es muy efectivo para despertarte, lo aplicaré siempre de ahora en adelante— Rió a carcajadas mientras tiraba la cubeta a un lado.
—Estás a verga si crees que voy a recoger esto— exclamó mientras se quitaba los cubos de hielo de encima. —¿Y ahora que pisados quieres?— Se cruzó de brazos.
—Verás, hijo.— se sentó a su lado, mientras pasaba su brazo por detrás de su nuca para acercarlo a él, obligando a ambos a recostarse en el mueble. —¡Te me vas a una expedición de reconocimiento!— Con su mano libre le puyó tres veces en el esternón. —Aproveché mis contactos para que te tomaran en cuenta, además será realizada en conjunto con Kusagakure, ¿genial eh?— rió para luego darle tres palmadas en el hombro.
—¿EN QUÉ CLASE DE ENCARGO ME METISTE?— Estaba con el ojo bien abierto, mientras su boca se quedó entreabierta.
—Pues te me vas a intentar localizar a un ninja renegado, el cuál tiene un Kekkei Genkai especial que permite crear materia sólida de alguna manera. Sin embargo se sabe que es un inútil para pelear igual que tú, por lo que en caso de que debas confrontarlo no te abrirán mucho el ano. Ah, sí, vas en compañía de alguien más de la villa junto a otro shinobi de la Aldea Escondida de la Hierba.
—¿No se suponía que íbamos a tener un tercer viaje de entrenamiento antes de realizar misiones? Además creo que no tengo nada que aportar a algo cómo esto—. suspiró mientras desviaba la mirada a otro lado, tenía un mal presentimiento.
—No seas pesimista, sólo debes descubrir si un tal Mokosaki Hebimaru aún está en una ciudad llamada Takemikazuchi. Dicen que el lugar es cómo una mezcla del barrio bajo de Shinogi-To con el Distrito Comercial de Amegakure, ¿a que no es entretenido?
—Claaaro— rodó su único ojo.
—La cosa es simple. Tu grupo debe ir nomas a espiar, una vez consigas la confirmación de su presencia se enviará otro equipo a realizar el arresto— En ese momento algo pareció incomodarle, por lo que se rascó la barbilla, aunque luego regresó la vista al genin. —Hay un talego más de instrucciones que darte pero creo que sería redundante, así que te lo resumiré en tres palabras: No la cagues.
El joven Isa quería decir algo, pero se vió interrumpido cuando la puerta de abrió de repente, dejando ver a cierta muchacha en silla de ruedas entrar con una gran sonrisa en el rostro.
—¡Muy bien!— dijo alegre —Debes aparentar ser alguien totalmente diferente, y ya tengo pensado el look que vas a llevar.
—¿Para qué es ese cepillo?
—¡Estás por descubrirlo!
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"Me lleva la que me trajo." Caminaba molesto, o... ¿Molesta?
Si señores. Esta vez, Hangaku había hecho un trabajo majestuoso para dejarlo irreconocible. No había rastros de tinte violeta ni de los kogai. En su lugar su cabello se encontraba libre, mostrando ondulaciones en el mismo, llegándole hasta los hombros. Un nuevo diseño de kanzashi plateado con forma de rosa adornaba el costado derecho de su peinado. No había rastros de su clásico parche, sino que buena parte del costado derecho de su rostro estaba cubierto por vendajes blancos. ¡Incluso le pegaron pestañas postizas! Pero no llevaba más maquillaje que el delineador para que luciera más natural.
En el caso de su vestimenta, llevaba un haori de color blanco y detalles dorados en las mangas. Además, un hakama femenino de color morado del mismo tono que su cabello, sujetado con un obi color blanco. Para rematar, utilizaba botas de tobillo alto, pero con tacón bajo. Era por aquello de la movilidad, más que nada, pero no dejaban de ser femeninas por su estilo en punta. "Algún día me vengaré, me vengaré, me vengaré...." Maldecía.
Obviamente no llevaba la bandana de su aldea, pero al menos se trajo la mayor cantidad de equipo posible. Por motivos de seguridad, selló sus armas de manera diferente a la que acostumbraba. Un kunai en cada muñeca, ocultos bajo las mangas. La bomba sonora en la lengua, mientras cargaba un pergamino vacío escondido en el obi. Dudó de dónde colocar sus katanas, pero al final optó por dejar a Dragón Negro en casa mientras llevaba la uchigatana sellada en la parte externa de su brazo izquierdo. Cómo detalle extra, llevaba un paraguas tradicional, además de un abanico de tela con motivos de dragones y nubes.
"Ay no." Estaba por llegar al punto de encuentro indicado en el mapa, siendo que alguien más ya se encontraba en el lugar. "Oh por Ame No Kami". En esos momentos deseaba poseer el doton para hacer que la tierra se lo tragase, pues se moría de la vergüenza. Tenía algo de rubor en las mejillas y no era por obra de polvos. "Que me parta un mal rayo".
Tomó toda la fuerza de voluntad que tenía para acercarse al chico, aunque se le hizo raro que este no llevase mayor equipaje. "Bueno, yo llevo todo guardado en el pergamino." Quizás el otro había hecho algo similar. Sin embargo, al acercarse, no tenía la menor idea de cómo presentarse.
Simplemente tragó saliva y... —Ho...¿la?— Quería probar que tan convincente sonaba su voz al fingir un tono agudo. Si bien podría usar el Rire Tori no Uta para que fuera más fácil, gracias a su retraso de desarrollo aún no tenía una voz demasiado grave (ni tampoco una altura muy notoria). Primera vez en su vida que ser un enano imberbe le traía provecho. —...— No pudo decir nada más, estaba jodidamente azareado por estar vestido de niña.