27/01/2018, 16:15
—Tranquilo señor, usted está un poco paranoico. ¿Quiere que le invite un trago?—
Ni corto ni perezoso aquel estúpido shinobi de amegakure siguió tirándole leña al fuego, como si a pesar de vivir bajo la lluvia no quisiese que se extinguiera nunca la llama. Y cuando llamas a la puerta del demonio, este siempre responde, aunque normalmente nunca es la respuesta que te esperas. Así pues, el descerebrado grandullón agarro al chico por el cuello de sus ropajes y lo levanto hasta ponerle a la altura de su cara, donde le hablo casi escupiéndole las palabras.
—¡¿Pero tu quien te has creído que eres niñato?! A ver si voy a coger esa copa y te la voy a meter por el…
—Calmate, por favor. — Le instó el hombre que parecía ser su amigo.
—¡¿Qué me calme?! —Pregunto el hombre sin dejar de mirar a los ojos a que shinobi estúpido. —No voy a permitir que un crio de mierda venga aquí a insultarme a la cara, discúlpate niñato, o te estampo la cara contra la barra
No pensaba intervenir. Se lo había buscado el solito, y parece que la pelota ahora estaba en su campo y ya no estaba en el mío. Di un sorbo a mi té mientras observaba la nueva escena sentado en mi cómoda silla, con las piernas cruzas.
Ni corto ni perezoso aquel estúpido shinobi de amegakure siguió tirándole leña al fuego, como si a pesar de vivir bajo la lluvia no quisiese que se extinguiera nunca la llama. Y cuando llamas a la puerta del demonio, este siempre responde, aunque normalmente nunca es la respuesta que te esperas. Así pues, el descerebrado grandullón agarro al chico por el cuello de sus ropajes y lo levanto hasta ponerle a la altura de su cara, donde le hablo casi escupiéndole las palabras.
—¡¿Pero tu quien te has creído que eres niñato?! A ver si voy a coger esa copa y te la voy a meter por el…
—Calmate, por favor. — Le instó el hombre que parecía ser su amigo.
—¡¿Qué me calme?! —Pregunto el hombre sin dejar de mirar a los ojos a que shinobi estúpido. —No voy a permitir que un crio de mierda venga aquí a insultarme a la cara, discúlpate niñato, o te estampo la cara contra la barra
No pensaba intervenir. Se lo había buscado el solito, y parece que la pelota ahora estaba en su campo y ya no estaba en el mío. Di un sorbo a mi té mientras observaba la nueva escena sentado en mi cómoda silla, con las piernas cruzas.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)