28/01/2018, 14:45
A la cuchillada del mozo le faltó fuerza y precisión. Nue se retorció a la par que la de por sí maltrecha presa del Uchiha se derrumbaba, rompiendo a llorar. Trató de hacer más fuerza en un intento desesperado de rematar al mercenario, pero Akame le arrebató el arma de las manos. Lo que aconteció a continuación fue una lección de lo más explícita que quedaría grabada a fuego en las retinas de Ralexion hasta que le llegase el día de unirse a Kurosaki en el Yomi.
El muchacho quedó de rodillas sobre el piso, llorando desconsoladamente. Tanto sus manos como sus ropas estaban manchadas de la sangre ajena. El sonido de Nue al retorcerse de dolor o el seco suspiro al desangrarse por el corte en el gaznate, el olor a hierro que le impregnaba sus orificios nasales... era horrible.
—Vamos, ayúdame. Hay que deshacerse del cuerpo.
Ralexion rompió a vomitar de forma incontrolable, ensuciando todavía más el suelo. Temblaba como un enfermo de gripe. Necesitó arquear su figura hacia delante y apoyar los brazos sobre el mejunje, aún sin parar de arrojar su cena.
El muchacho quedó de rodillas sobre el piso, llorando desconsoladamente. Tanto sus manos como sus ropas estaban manchadas de la sangre ajena. El sonido de Nue al retorcerse de dolor o el seco suspiro al desangrarse por el corte en el gaznate, el olor a hierro que le impregnaba sus orificios nasales... era horrible.
—Vamos, ayúdame. Hay que deshacerse del cuerpo.
Ralexion rompió a vomitar de forma incontrolable, ensuciando todavía más el suelo. Temblaba como un enfermo de gripe. Necesitó arquear su figura hacia delante y apoyar los brazos sobre el mejunje, aún sin parar de arrojar su cena.