28/01/2018, 16:35
—¿Stuffy te lo dijo?, ¿puedes entender lo que quiere tu perro?
— Claro que sí, no cualquiera puede ir con el perro guardián de Uzushiogakure.
Cuando me despedí y procedí a alejarme me interrumpió, instándome a detenerme.
—¡Alto no te vayas!
Suspiré, tenía tantos motivos para irme sin más y tan pocos para girarme y ayudarle, sobretodo teniendo en cuenta mis andanzas con los suyos. Si no fuera porque yo, a diferencia del resto del mundo, o por lo menos de su gran mayoría, era de los buenos. De los que ayudan sin pensar y no insultan como si fuera gratuito, de los que no juzgan cada palabra que sale de la boca de alguien como si esto fuera el Tártaro y la vida un infierno finito. Yo era un uzunés educado por la mejor kage que jamás verá Onindo.
Así que me giré para escuchar lo que aquel shinobi tenía que contarme.
—Es que, realmente estoy perdido... ¡Huuuuuh! Mi demente padre me dejó en medio de esta caja de arena para que buscase el camino de regreso a la civilización yo sólo pero... No tengo puta idea de cómo lograrlo
— Vale, pues ven con nosotros pero no te quedes ahí parado que vas a quedar enterrado en arena.
¿Estaba sollozando? Qué moral más floja tienen los ninjas de Amegakure. En cualquier caso, le apremié para que empezase a aligerar el paso al mismo tiempo que intentábamos sortear la tormenta de arena que se estaba acercando.
— Claro que sí, no cualquiera puede ir con el perro guardián de Uzushiogakure.
Cuando me despedí y procedí a alejarme me interrumpió, instándome a detenerme.
—¡Alto no te vayas!
Suspiré, tenía tantos motivos para irme sin más y tan pocos para girarme y ayudarle, sobretodo teniendo en cuenta mis andanzas con los suyos. Si no fuera porque yo, a diferencia del resto del mundo, o por lo menos de su gran mayoría, era de los buenos. De los que ayudan sin pensar y no insultan como si fuera gratuito, de los que no juzgan cada palabra que sale de la boca de alguien como si esto fuera el Tártaro y la vida un infierno finito. Yo era un uzunés educado por la mejor kage que jamás verá Onindo.
Así que me giré para escuchar lo que aquel shinobi tenía que contarme.
—Es que, realmente estoy perdido... ¡Huuuuuh! Mi demente padre me dejó en medio de esta caja de arena para que buscase el camino de regreso a la civilización yo sólo pero... No tengo puta idea de cómo lograrlo
— Vale, pues ven con nosotros pero no te quedes ahí parado que vas a quedar enterrado en arena.
¿Estaba sollozando? Qué moral más floja tienen los ninjas de Amegakure. En cualquier caso, le apremié para que empezase a aligerar el paso al mismo tiempo que intentábamos sortear la tormenta de arena que se estaba acercando.
—Nabi—