28/01/2018, 22:15
El joven tomó las prendas ofrecidas. Retornó al baño, donde comenzó a cambiarse, pero no cerró la puerta, así que podía continuar escuchando a Akame sin problemas. Tras ponerse todo adecuadamente y comprobar que le quedaban sorprendentemente bien, se calzó, tomó sus ropajes sucios así como la capa y salió al encuentro del uzujin, que justo terminaba su monólogo.
—Mira, Akame-san... entiendo que soy un novato y en comparación con alguien de tu experiencia y capacidades puedo parecer una carga. Sigo pensando que lo que le hemos hecho a Nue es inhumano... —se mordió el labio inferior— Pero supongo que de una manera muy jodidamente retorcida quisiste ayudarme al ofrecerme el darle el golpe de gracia yo, de igual manera que ahora me quieres ayudar a retornar a Kusa. Eres frío la mayoría del tiempo, y a veces un cabrón, pero supongo que de alguna manera te importo lo suficiente como para que te tomes estas molestias...
»Pero tampoco soy un inútil, maldita sea. ¡No quiero dejar este asunto a medias después de tener que matar a alguien! Al revés, preferiría rajarles el cuello al de las cicatrices y su jefe por haber comenzado todo esto. Quizás estoy arriesgando mi vida de una forma muy estúpida, no te lo voy a negar... pero en ese caso supongo que no soy muy inteligente, ¿qué le voy a hacer? Además, necesitas un compañero, alguien que te cubra las espaldas. Si sigues en solitario lo vas a tener muy complicado, ¡puede ser que hasta te maten! ¿Y entonces quién me va a mandar esos libros, eh?
Su último comentario le llevó a sonreir.
—Mira, Akame-san... entiendo que soy un novato y en comparación con alguien de tu experiencia y capacidades puedo parecer una carga. Sigo pensando que lo que le hemos hecho a Nue es inhumano... —se mordió el labio inferior— Pero supongo que de una manera muy jodidamente retorcida quisiste ayudarme al ofrecerme el darle el golpe de gracia yo, de igual manera que ahora me quieres ayudar a retornar a Kusa. Eres frío la mayoría del tiempo, y a veces un cabrón, pero supongo que de alguna manera te importo lo suficiente como para que te tomes estas molestias...
»Pero tampoco soy un inútil, maldita sea. ¡No quiero dejar este asunto a medias después de tener que matar a alguien! Al revés, preferiría rajarles el cuello al de las cicatrices y su jefe por haber comenzado todo esto. Quizás estoy arriesgando mi vida de una forma muy estúpida, no te lo voy a negar... pero en ese caso supongo que no soy muy inteligente, ¿qué le voy a hacer? Además, necesitas un compañero, alguien que te cubra las espaldas. Si sigues en solitario lo vas a tener muy complicado, ¡puede ser que hasta te maten! ¿Y entonces quién me va a mandar esos libros, eh?
Su último comentario le llevó a sonreir.