28/01/2018, 23:23
Ralexion torció el gesto y poco después suspiró. Parecía que su labia no iba a servirle de nada en esta ocasión. Podría haber insistido todavía más de lo que ya había hecho, pero prefirió no hacerlo. Se sentía agotado, tanto mental como físicamente, y discutir con Akame no le llamaba en absoluto la atención.
—Maldita sea, está bien... —se rindió— ¡Más te vale que no te maten! ¡Y que me mandes esos libros! ¡Necesito saber más, mucho más sobre el Sharingan y mis raíces!
Con los ropajes en sus manos —que sellaría más tarde en su pergamino— se dispuso a abandonar la habitación. Le lanzó una última mirada a Akame, como si esperase que cambiara de opinión, pero sabía que habían más posibilidades de que la luna cayese sobre Ōnindo que eso.
Dejó atrás la habitación, cerrando la puerta silenciosamente tras de sí. A pesar de que se veía más que capaz de volver a Kusa a pie por sus propios medios, no desperdiciaría la bondad de Akame y se uniría a la caravana. Tan pronto se viese en un punto cercano a la villa se escabulliría y continuaría en solitario de vuelta a casa.
—Maldita sea, está bien... —se rindió— ¡Más te vale que no te maten! ¡Y que me mandes esos libros! ¡Necesito saber más, mucho más sobre el Sharingan y mis raíces!
Con los ropajes en sus manos —que sellaría más tarde en su pergamino— se dispuso a abandonar la habitación. Le lanzó una última mirada a Akame, como si esperase que cambiara de opinión, pero sabía que habían más posibilidades de que la luna cayese sobre Ōnindo que eso.
Dejó atrás la habitación, cerrando la puerta silenciosamente tras de sí. A pesar de que se veía más que capaz de volver a Kusa a pie por sus propios medios, no desperdiciaría la bondad de Akame y se uniría a la caravana. Tan pronto se viese en un punto cercano a la villa se escabulliría y continuaría en solitario de vuelta a casa.