29/01/2018, 13:37
La nieve descendía sin pesar a un ritmo constante y daba la sensación de que aquella iba a ser la tónica de aquella noche. Daba su gélido abrazo a la espalda de Kumopansa, hecho que dibujaba un manto blanquecino sobre la piel azabache del animal. Por ello, trataba de buscar refugio en mi capucha, aunque nos ería capaz de encontrar el suficiente calor como para sentirse aliviada.
—¿Por qué no?
Lo cierto es que no sabía que responderle así que simplemente encogí mis hombros.
Es tuya, ¿verdad? No iba a permitir que acabaran con ella. Y, entiéndelo, tampoco quería que causaras un conflicto ahí dentro en defensa propia. Como kunoichi de Amegakure me vería obligada a ponerme de parte de ellos para protegerlos. Después de todo estamos en el País de la Tormenta...
— ¿Mía? Yo no diría tal cosa — dije sin negarlo. A pesar de todo era evidente que "era mía" — Kumopansa es el fruto de la búsqueda de poder. Desde que peleamos en el torneo de los Dojos vi que era muy débil y que debía poner remedio. Así que después de aquella misión de los hilos de chakra natural partí lejos de Kusagakure a un lugar especial para mi familia para fortalecerme. Creo que tu estuviste en esa misión, ¿No es así?
De mi bolsillo cogí al petaca de los caramelos y se lo mostré a la kunoichi después de abrirlo por si le apetecía uno, incluso haciendo un gesto con el rostro para que entendiese que le estaba ofreciendo uno.
— Digamos que Kumopansa para mí sería similar a lo que podría ser para ti Amedama Daruu; es decir, una compañera. Ella también sabe pelear. ¡Sería capaz de darles una paliza a esos borrachos! Es una buena ninja, una fiel compañera de aventuras, supongo que ya te has percatado de que no es una araña normal y corriente
—¿Por qué no?
Lo cierto es que no sabía que responderle así que simplemente encogí mis hombros.
Es tuya, ¿verdad? No iba a permitir que acabaran con ella. Y, entiéndelo, tampoco quería que causaras un conflicto ahí dentro en defensa propia. Como kunoichi de Amegakure me vería obligada a ponerme de parte de ellos para protegerlos. Después de todo estamos en el País de la Tormenta...
— ¿Mía? Yo no diría tal cosa — dije sin negarlo. A pesar de todo era evidente que "era mía" — Kumopansa es el fruto de la búsqueda de poder. Desde que peleamos en el torneo de los Dojos vi que era muy débil y que debía poner remedio. Así que después de aquella misión de los hilos de chakra natural partí lejos de Kusagakure a un lugar especial para mi familia para fortalecerme. Creo que tu estuviste en esa misión, ¿No es así?
De mi bolsillo cogí al petaca de los caramelos y se lo mostré a la kunoichi después de abrirlo por si le apetecía uno, incluso haciendo un gesto con el rostro para que entendiese que le estaba ofreciendo uno.
— Digamos que Kumopansa para mí sería similar a lo que podría ser para ti Amedama Daruu; es decir, una compañera. Ella también sabe pelear. ¡Sería capaz de darles una paliza a esos borrachos! Es una buena ninja, una fiel compañera de aventuras, supongo que ya te has percatado de que no es una araña normal y corriente
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa