31/01/2018, 06:51
Por un pelo Nagisa casi se rebana el cuello, pero logró reaccionar a tiempo y eludir el hilo metálico en el momento preciso y seguir en carrera hasta su hermana, a la que dio unos cuantos manotazos antes de ser aconsejada por el Uchiha.
—Ya verás cuando regresemos —refunfuñó la mayor tras liberar a la rubia y ponerse de pie, para luego sacudirse la suciedad que se le pegó de estar tirada en el piso.
—Si claro… —murmuró la pecosa.
Luego de aquella rabieta, la chuunin se quedó a la expectativa, de pie y a un lado de su hermana, mientras que la Kageyama volvió a acomodarse como antes, de rodillas en el piso tal y como Zaide la había dejado.
No había mucho más que hacer en aquella situación, podrían intentar escaparse con el sunshin pero… a Nagisa se le habían puesto las esposas supresoras de chakra por lo que no podría hacerlo.
—Ya verás cuando regresemos —refunfuñó la mayor tras liberar a la rubia y ponerse de pie, para luego sacudirse la suciedad que se le pegó de estar tirada en el piso.
—Si claro… —murmuró la pecosa.
Luego de aquella rabieta, la chuunin se quedó a la expectativa, de pie y a un lado de su hermana, mientras que la Kageyama volvió a acomodarse como antes, de rodillas en el piso tal y como Zaide la había dejado.
No había mucho más que hacer en aquella situación, podrían intentar escaparse con el sunshin pero… a Nagisa se le habían puesto las esposas supresoras de chakra por lo que no podría hacerlo.