31/01/2018, 11:34
El hombre cerró los ojos, se cruzó de brazos, sonrió y asintió dos veces. Se señaló a sí mismo con el pulgar de la mano izquierda.
—Ese mismo soy yo —dijo—. Ah... la espada del viejo Ryū-dono... Es un buen cliente. Siempre está pidiéndome todo tipo de encargos. Pero este ha sido difícil. Muy difícil. —Se agachó bajo el escritorio y sacó un pequeño paquete envuelto en una tela. Lo desenvolvió con mucho cuidado. Rebeló una espada, no más grande que una wakizashi, de un color rojo profundo. El filo era plateado, como el de una katana normal. La empuñadura era negra—. Los materiales han sido muy difíciles de encontrar. Ryū-dono insistió mucho en que no se replicaran con otros más baratos, y de hecho pagó bastante para que así fuera. La verdad, ¡no sé si ha merecido la pena, he tenido que enviar ayudantes a la otra punta de Oonindo!
»La espada no venía en ninguna vaina, y no sé si el viejo Ryū querría que así fuese, de modo que tendrás que llevártela envuelta en la tela. Cuídala, ¿eh? ¡Y dale un saludo al viejo de mi parte!
—Ese mismo soy yo —dijo—. Ah... la espada del viejo Ryū-dono... Es un buen cliente. Siempre está pidiéndome todo tipo de encargos. Pero este ha sido difícil. Muy difícil. —Se agachó bajo el escritorio y sacó un pequeño paquete envuelto en una tela. Lo desenvolvió con mucho cuidado. Rebeló una espada, no más grande que una wakizashi, de un color rojo profundo. El filo era plateado, como el de una katana normal. La empuñadura era negra—. Los materiales han sido muy difíciles de encontrar. Ryū-dono insistió mucho en que no se replicaran con otros más baratos, y de hecho pagó bastante para que así fuera. La verdad, ¡no sé si ha merecido la pena, he tenido que enviar ayudantes a la otra punta de Oonindo!
»La espada no venía en ninguna vaina, y no sé si el viejo Ryū querría que así fuese, de modo que tendrás que llevártela envuelta en la tela. Cuídala, ¿eh? ¡Y dale un saludo al viejo de mi parte!